SOCIEDAD
Dos aviones chocaron en Alemania a unos 12 mil metros de altura
El increíble accidente ocurrió entre un Boeing 757 y un Tupolev. Hubo casi cien muertos. Incendios de casas y edificios.
La explosión iluminó la noche por un instante y luego dos bolas de fuego cayeron como en cámara lenta, sobre campos y viviendas. Ocurrió en el cielo de la localidad de Owingen, en el sur de Alemania, donde dos aviones, uno de carga, el otro de pasajeros, chocaron en pleno vuelo. El primero llevaba dos tripulantes pero en el segundo iban a bordo por lo menos 95 personas. Todo indica que ninguno de ellos sobrevivió. Anoche no se sabía aún si se habían registrado víctimas en tierra, ni cuál había sido la magnitud del daño producido por la caída de partes de las aeronaves sobre algunos edificios que comenzaron a incendiarse.
El accidente se produjo a las 23.43 de anoche (hora alemana) sobre la zona del lago Constanza, cerca de la ciudad de Ueberlingen, en la frontera alemana con Austria y Suiza. Un Tupolev 154, de fabricación rusa, propiedad de la empresa Bashkirian Airlines, chocó en el aire, a 12.000 metros de altura, con un Boeing 757, para transporte de carga, operado por la empresa de flete aéreo estadounidense DHL.
En el Tupolev, se informó, viajaban por lo menos 95 personas, que se habían embarcado en Moscú con destino a Barcelona y habían hecho una escala en Münich. Hasta anoche se desconocía la nacionalidad de los pasajeros, aunque se suponía que, en su mayoría, podrían ser españoles o rusos. El carguero, en tanto, volaba desde Bahrein a Bruselas, y venía de realizar una escala en la ciudad italiana de Bérgamo.
“Vi una explosión tan enorme que lo iluminó todo”, relató Alfred Knoedler, testigo presencial del hecho, a la televisión alemana. Y agregó que había escuchado que en la frecuencia radial de la policía se informaba que había cuerpos esparcidos por toda el área. “Pareció como un gran relámpago de color naranja oscuro que duró varios segundos y después fue disminuyendo”, describió otro testigo a una radio local.
Anoche, un portavoz de la policía se limitó a informar que fueron encontrados tres cadáveres y que había restos de las aeronaves esparcidos en un área de 30 a 40 kilómetros a la redonda.
Los primeros testimonios daban cuenta de la caída de partes incendiadas sobre una escuela, una granja y varias casas, donde se centraba el trabajo de los bomberos. Al cierre de esta edición no se sabía la magnitud de los daños provocados ni la cantidad de víctimas producidas en tierra. Varios helicópteros munidos de reflectores patrullaban la zona del desastre en busca de sobrevivientes.
En un principio, las fuentes policiales del estado de Baden-Wuerttemberg habían dado cuenta de un saldo de por lo menos 150 muertos. El dato partía de estimar que el avión ruso, que tiene capacidad para 169 pasajeros, venía casi completo. Pero más tarde se informó que viajaban a bordo, en total, 95 personas. En cualquier caso, ninguno de los datos tenía carácter de oficial. El Tupolev 154 es uno de los aviones rusos más comunes y se usa para vuelos de distancias medianas.
En la madrugada, la televisión alemana aún no había logrado registrar imágenes de la tragedia. Los reportes desde la zona del desastre se limitaban a relatos telefónicos de testigos del hecho.
La historia de la aviación registra antecedentes de choque de aviones, casi siempre casos escandalosos pues en la mayoría se trató de fallas técnicas. Un caso emblemático fue el ocurrido en octubre del año pasado, cuando dos aviones chocaron en el aeropuerto de Milán. Un DC 87 de la compañía escandinava SAS despegaba rumbo a Copenhague con 110 personas a bordo cuando embistió a un jet Cessna que llevaba a cuatro personas y se fue contra un hangar, donde aplastó a cuatro trabajadores. Saldo final: 118 muertos. La causa del accidente, se dijo, fue la falta de un radar terrestre, que estaba fuera de servicio desde hacía dos años.
Un año antes, en agosto de 2000, diez personas murieron en los Estados Unidos al chocar dos avionetas sobre la localidad de Burlington, en el sur de Nueva Jersey. Una de las aeronaves se incendió al chocar contra una casa de dos pisos. En agosto de 1998, dos aviones se estrellaron en pleno vuelo y sus restos cayeron al mar en la costa occidental de Francia. El choque fue protagonizado por aeronaves de pequeño porte, un Beechcraft 1900 y una avioneta Cessna. El saldo fue de 15 muertos.