SOCIEDAD

La víctima pagó, pero lo fusilaron por la espalda

Un secuestro express terminó de la peor manera posible: la familia dio todo el dinero que tenía pero los secuestradores mataron a su presa de un tiro.

Un secuestro express que comenzó en la Capital Federal terminó de la peor manera en territorio bonaerense: la víctima fue asesinada a quemarropa de un disparo por la espalda, luego de que la familia, a pedido del propio afectado, entregara a los delincuentes todo el dinero del que disponían para tratar de evitar el trágico final. “Les dimos lo que teníamos en la billetera y los terribles hijos de puta salieron con el auto y mi hijo, y me lo dejaron acá a diez cuadras, muerto”, declaró ante la prensa la madre de Juan Manuel Federico Canillas, el joven comerciante de 23 años asesinado por tres hombres que después lograron escapar. Habían reunido un rescate de 1200 dólares y 700 pesos, pero al parecer consideraron que el pago no era suficiente.
El secuestro de Canillas comenzó a las 21.30 del viernes, en la Capital Federal, cuando volvía de trabajar en el negocio propiedad de su familia, en el barrio porteño de Once. El joven iba al volante de un Honda Civic patente AVE-573 y se dirigía al domicilio en el que vivía con sus padres, en avenida General Paz 750, en el barrio de Saavedra, en jurisdicción de la Comisaría 35ª. La policía ignora el lugar en el que Canillas fue interceptado por los secuestradores, pero se estimaba que el hecho ocurrió en las cercanías de su domicilio.
“Mi hijo llamó por teléfono y me dijo ‘mamá, sacá el dinero que tengas en casa’”, relató Marta, la madre del joven asesinado, que hizo el llamado desde el auto por su teléfono celular. La mujer, al principio, creyó que su hijo había tenido problemas con el auto y necesitaba dinero para pagar un remise. “No mamá, dame todo, esto es en serio, dame un dinero que tengo en el cajón” y le indicó el lugar donde tenía guardados unos 1200 dólares. El joven, con los tres secuestradores en el auto, estacionó en la puerta de su casa y esperó a que sus familiares le acercaran el dinero con el cual esperaba satisfacer a los delincuentes.
Patricio, de 25 años, hermano de la víctima, recordó que Juan Manuel les pidió que sacaran “toda la plata” que había en la casa, incluso los dólares que guardaba “en una cajita”. Patricio comentó que el que llevó la plata hasta el auto fue su papá: “Cuando se acercó (al vehículo) le pegaron un golpe, le rompieron los anteojos y le pidieron más plata”. Luego de recibir todo el dinero reunido, los delincuentes reanudaron la marcha y retuvieron al joven secuestrado dentro del Honda. Pocos minutos después el joven apareció asesinado, dentro del auto.
“Le pegaron un disparo por la espalda”, informó una fuente policial de la Departamental de San Isidro, ya que el cuerpo apareció sobre la vereda de la calle Aguado 1344, entre 12 de Octubre y 25 de Mayo, a unas diez cuadras de su casa, pero del otro lado de la General Paz, en la localidad bonaerense de Vicente López. El auto de la víctima fue encontrado después en el cruce de las calles Vallegrande y San Martín, en la localidad de Florida. En la causa intervino el fiscal de San Isidro Hugo Zelaya, pero también el fiscal porteño José María Campagnoli, ya que el secuestro comenzó en jurisdicción de la Capital Federal.
La Policía tenía, como una de las hipótesis, la posibilidad de que el joven hubiera identificado a alguno de sus captores, lo que habría llevado a la decisión de matarlo. “Esto es salvaje”, opinó el comisario Aníbal Degastaldi, jefe de la Departamental de San Isidro, aludiendo al final del secuestro, a pesar de que los autores habían prometido a la familia respetar la vida del joven.

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Una vecina lava la vereda donde los secuestradores tiraron el cuerpo.
 
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