SOCIEDAD › MATARON A UN COMISARIO DE MORON
Un asesinato extraño
En su casa quinta de Tortuguitas, y a pesar de que estaba acompañado por tres hombres de custodia, fue asesinado por la espalda el comisario Daniel Omar Palacios, de 47 años, segundo jefe de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Morón. La vivienda, llamada “La Bombonerita”, está rodeada por un paredón de casi dos metros de altura, pero cuando ocurrieron los hechos tenía el portón de acceso abierto. Por allí ingresaron dos hombres que mataron al jefe policial y huyeron, antes de que los guardias pudieran reaccionar. “En principio es un homicidio en ocasión de robo, pero no se puede descartar ninguna hipótesis”, admitió una fuente policial aludiendo a las extrañas circunstancias del crimen.
El homicidio ocurrió a las 8.45 en la casa quinta ubicada en Río de Janeiro 737 de Tortuguitas. De acuerdo con las fuentes policiales, el propio Palacios fue quien había dejado la puerta abierta, ya que había llegado minutos antes a la casa, a bordo de un Seat blanco provisto por la Policía Bonaerense. Cuando entró, Palacios se detuvo a dialogar con tres suboficiales que estaban custodiando la casa porque esa noche se iba a realizar allí una fiesta familiar.
“¿Jefe, no le parece peligroso dejar abierto?”, dicen que comentó uno de los suboficiales dirigiéndose a Palacios, quien respondió que pensaba salir de inmediato rumbo a la DDI. “No pasa nada muchachos”, fueron las últimas palabras que le escucharon decir al jefe policial. Los policías que estaban de custodia vieron entrar a la casa a dos hombres que tenían cubiertos los rostros con pasamontañas. Al parecer, sólo uno de los suboficiales tenía el arma en el cinto y trató de intervenir, pero no pudo evitar el ataque, según la versión del custodio.
Los dos hombres huyeron en un Volkswagen Polo de color oscuro que los estaba esperando en la calle, con una tercera persona al volante. El suboficial trató de evitar que escaparan y se produjo un nuevo tiroteo, pero los tres se fugaron. Los delincuentes huyeron sin robar nada.