Jueves, 8 de febrero de 2007 | Hoy
Un estudio sobre 15 mil fumadores de cuatro países demostró que las imágenes fuertes empujan a reducir el consumo de cigarrillos.
Un estudio de la Universidad de Waterloo, Ontario, Canadá, realizado entre 2002 y 2005 sobre 15 mil fumadores de cuatro países (Gran Bretaña, Estados Unidos, Canadá y Australia) reveló que en la medida en que las campañas antitabaco son más drásticas desciende el consumo de cigarrillos. Las imágenes y la advertencia en las marquillas fueron el eje del estudio. En Canadá, el 60 por ciento de los encuestados aseguró que tras ver las campañas y las imágenes bajaron su consumo personal de cigarrillos. En Argentina, la única leyenda obligatoria que debe figurar en las marquillas dice “Fumar es perjudicial para la salud”. Un proyecto impulsado por el Gobierno propone un sistema de frases de advertencia renovables cada seis meses, con una imagen alusiva que deberá ocupar el 70 por ciento de una de las caras principales de la marquilla.
Los investigadores de la Universidad de Waterloo, cuyo trabajo fue publicado por la American Journal of Preventive Medicine, advirtieron que las fotos que más impactan y asustan a los fumadores son las que muestran tumores pulmonares y cáncer de boca. Los investigadores dirigidos por el científico David Hammond preguntaron a los fumadores durante varios meses si tienen en cuenta las advertencias en los paquetes de cigarrillos y si éstas los hacen pensar. Además, les preguntaron si las advertencias lograban impulsarlos a que eliminaran uno o dos cigarrillos, o si lograban que bajara el consumo de tabaco por un tiempo prolongado.
En Canadá, los paquetes de cigarrillos, además de advertencias escritas, llevan fotos de los tumores producidos por el tabaco. En ese país, el 60 por ciento de los fumadores dijo que bajó su consumo de cigarrillos ante la advertencia. En Australia, la cifra llegó al 52 por ciento; en Gran Bretaña, el 44; y en Estados Unidos, donde las advertencias antitabaco son poco llamativas y sólo se leen a los costados, el 30 por ciento de los encuestados bajó su nivel de cigarrillos.
Las encuestas medían la eficacia de las advertencias divididas en cuatro etapas: antes y después de que se empezaran a implantar (en Inglaterra) nuevos mensajes en los atados, siguiendo las normas establecidas por la Organización Mundial de la Salud.
Los altos índices que reflejó Canadá se vinculan a que en ese país, las marquillas deben llevar en ambas caras principales y ocupando el 50 por ciento de la superficie, imágenes con textos explicativos. Australia, segunda en la encuesta, lleva en sus marquillas leyendas que ocupan un 25 por ciento en el frente y 33 por ciento en la parte trasera. Gran Bretaña subió a 30 y 40 por ciento del frente y la parte trasera del atado. En Estados Unidos, en cambio, sólo se habilitó a colocar una leyenda con letras pequeñas en la base de las caras laterales.
El estudio determinó la vinculación entre el abandono o la reducción en el consumo de cigarrillos y el impacto de las imágenes (cuanto más fuertes, más efectivas), con el tamaño de éstas y con la rotación de la leyenda. Los investigadores comprobaron que, después de dos años y medio, la misma frase de advertencia provocaba costumbre y perdía fuerza, con lo que el consumo volvía a aumentar.
En Argentina existe un proyecto de ley antitabaco presentado por el Gobierno y elaborado por el Programa Nacional de Control del Tabaco. En su capítulo 3 se refiere a las leyendas e imágenes que deben constar en la marquilla. El proyecto del Gobierno adhiere a los resultados del estudio de la Universidad de Waterloo porque propone diez frases de advertencia sobre los diferentes daños que produce fumar tabaco, entre ellas, “fumar causa enfisema pulmonar”; “fumar causa impotencia sexual”; “fumar causa enfermedades cardíacas y respiratorias”; “fumar causa muerte por asfixia” o “fumar puede causar amputación de piernas”.
“Mucha gente cree que fumar sólo trae cáncer –dijo Mario Virgolini, coordinador del PNCT–. Los mensajes serán rotativos, deberán renovarse cada seis meses y ocuparán el 30 por ciento de la parte superior de las dos caras principales de la marquilla. En una de esas dos caras, además, el 70 por ciento restante de la superficie deberá ser ocupada con una imagen alusiva a la leyenda. Los textos deberán ir en letras bien visibles negras sobre fondo blanco”.
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