Algo huele mal en Campo de Mayo: es imposible comenzar esta nota de otro modo, ya que la Defensoría del Pueblo de la Nación presentó un pedido de informes al Ministerio de Defensa porque 6000 metros cúbicos de aguas cloacales “se estarían volcando sin tratamiento alguno” desde esa guarnición al río Reconquista. ¿Cómo puede ser que una sola base militar, por más que se esfuercen sus soldados, produzca tanto residuo? Porque una parte del predio fue alquilada por el Ejército a una empresa privada, la cual recibe el contenido de unos 300 camiones atmosféricos que diariamente penetran en Campo de Mayo para descargar su contenido. La cuestión forma parte de las aguas mayores de un tema que afecta a cuatro millones de personas: la convivencia con residuos cloacales sin tratar en la cuenca del Reconquista. “El riesgo sanitario es más grave que en la cuenca Riachuelo-Matanza”, afirmó el defensor del Pueblo. Y la Asociación de Abogados Ambientalistas solicitó a la Corte Suprema que intervenga para formar un comité de cuenca tripartito como el que se instauró en la cuenca Riachuelo-Matanza.

El pedido de informes presentado por Eduardo Mondino, defensor del Pueblo de la Nación, señala “una situación irregular en el funcionamiento de la planta de tratamiento de efluentes cloacales en Campo de Mayo. La constatación estuvo a cargo de la nueva Unidad Fiscal de Medio Ambiente, cuyos integrantes inspeccionaron el lugar acompañados por representantes de la Defensoría”. Según la presentación, que deberá responder la ministra de Defensa, Nilda Garré, “300 camiones descargan diariamente 6000 metros cúbicos de efluentes crudos que se estarían volcando a la cuenca del Reconquista sin tratamiento alguno”. Una fuente judicial confirmó que “el fiscal de Medio Ambiente Ramiro González investiga la denuncia efectuada por un grupo de vecinos de la zona”.

Mondino explicó que “300 camiones atmosféricos pueden transportar los líquidos cloacales de unos 20.000 habitantes; a 20 metros cúbicos por camión, totalizan unos 6000 metros cúbicos diarios. La pequeña planta de tratamiento de Campo de Mayo no parece en condiciones de procesar esa cantidad. Además, el desagote hacia el Reconquista se efectúa por medio de una zanja de dos metros de profundidad por uno y medio de alto: muy grande con relación al limitado volumen de efluentes que podría tratar esa planta. Y, visiblemente, en nuestra inspección, el vuelco hacia el Reconquista era oscuro, con efluentes sólidos, mientras que el desagote de un sistema adecuado debería ser agua prácticamente límpida”.

El jueves –un día después de la visita de la Defensoría–, la planta permaneció cerrada por decisión de sus administradores, lo cual causó el embotellamiento de más de un centenar de camiones atmosféricos en la Ruta 8; ayer, se reabrió.

Una fuente del Ministerio de Defensa, ante la consulta de este diario, respondió que “desde 2000, ese predio es alquilado por el Ejército a la empresa CAIS SRL”, quien sería responsable de las actividades de la planta depuradora. Ese ministerio deberá responder al pedido de informes en el curso de la semana próxima.

Mondino destacó que “este caso se enmarca en la falta de cloacas y tratamiento de aguas que afecta a los 18 municipios de la cuenca del Reconquista, donde viven 4.300.000 personas. Las cuatro plantas habilitadas (que no incluyen la de Campo de Mayo) tratan sólo el 10 por ciento de sus efluentes”. Además, “sólo el 40 por ciento de esos habitantes dispone de cloacas, y las tuberías generalmente desembocan en el Reconquista o en riachos y zanjas de la zona. Por eso, la situación sanitaria de esta cuenca es más grave que la del Riachuelo-Matanza: en ésta, aunque los líquidos tampoco tienen tratamiento, por lo menos desembocan en el Río de la Plata, a un kilómetro de la costa. Aquí, en cambio, la gente está mucho más cerca del problema”, señaló el titular de la Defensoría, que hace dos meses solicitó al Estado la creación de un comité de cuenca para el Reconquista.