En este caso es tautológico empezar diciendo “finalmente”, porque finalmente llegó el final. Hoy, a casi cinco años del crimen de María Marta García Belsunce, la Justicia definirá cuál es la situación legal de quien fue su esposo, Carlos Carrascosa, acusado por el homicidio o el encubrimiento, agravado en ambos casos por el vínculo con la víctima. Hoy, el Tribunal Oral 6 de San Isidro dará lectura al veredicto y sus fundamentos en el juicio que llevó cuatro meses y tres semanas, y por el que desfilaron más de un centenar de testigos. En la audiencia, que será televisada en directo, Carrascosa podrá ser absuelto o condenado por uno de los dos delitos, con todas las variantes dentro de esas posibilidades. De todos modos, el final no estará escrito aún, porque cualquiera de las partes, según sea el resultado, podrá apelar ante la Cámara de Casación.

El inicio de la lectura fue fijado para las 15, en el entrepiso de los tribunales de San Isidro. Allí, ante la presencia de la presidenta de la Sala, María Angélica Etcheverry, y de los vocales Luis María Rizzi y Hernán San Martín, el secretario Maximiliano Nicolás comenzará la lectura de los fundamentos.

La sala del juicio es pequeña: tiene espacio para unas 60 personas, incluyendo a familiares y amigos del acusado; amigos y amigas de la víctima; periodistas acreditados; estudiantes de abogacía y, seguramente, curiosos de variado origen. Así, del lado de Carrascosa se espera la presencia de al menos 18 personas, entre las que, se supone, estarán Irene Hurtig, hermanastra de MM; Leila, esposa de Horacio García Belsunce (h), y única de asistencia perfecta a lo largo del juicio; y alguno de los hijos de Michael Taylor, que matizaron con su estadía durante las audiencias del juicio. También podrían acercarse María Laura y Luz María Galup Lanús de Hurtig, hermana y madre de la víctima. Todos ellos, de más está decir, aguardan el sobreseimiento probado. En cambio, se descartó la presencia de Binello, Bártoli y HGB, tres de los procesados por encubrimiento y que aún aguardan su propio juicio oral.

Del otro lado, se supone que serán del público Susan Murray, Patricia Reyes y algunas amigas de MM, de Missing Children o de las Damas de Pilar, que esperan escuchar una sentencia condenatoria. También lo esperará Roberto Ribas, el abogado de Nicolás Pachelo, por obvias razones del lado de los que aguardan una condena.

En el medio, posiblemente y por cuestiones de curiosidad profesional, se encuentren los abogados Gabriel Becker y Eduardo Ludueña, patrocinantes de Juan Gauvry Gordon y Betty Michelini, el médico de la primera ambulancia y la masajista, ambos procesados por encubrimiento.

Algo más de veinte periodistas de medios gráficos y televisivos seguirán las instancias de la lectura. Lo interesante fue la solución que el Poder Judicial bonaerense encontró en la nada fácil relación entre medios y Justicia: se acondicionó una sala de prensa en el primer subsuelo, donde los periodistas que lo deseen contarán con una señal de audio e imagen –la misma que se transmitirá en directo a todo el país–, con la intención (marcada desde el inicio del juicio) de subrayar que los juicios deben ser difundidos porque son públicos y porque la información es un derecho social, y que esa publicidad no debe invadir los límites de la presunción de inocencia ni del avance del propio proceso.

Hoy, a las 15, iniciará entonces la lectura del fallo aunque no se sepa a qué hora termine y en él se sabrá si los jueces consideran que Carrascosa mató o no a su esposa; o que ocultó o no su muerte. Desde la perpetua, hasta la absolución, las variantes son diversas.