Más de cien chicos de entre 3 y 12 años, todos juntos jugando sobre una calle normalmente muy transitada de la ciudad. Música de reggaetón y risas infantiles como sonidos predominantes, en lugar de los habituales bocinazos. Y ningún conductor quejándose por el caos vehicular. En su día, los niños tuvieron ayer al barrio de San Telmo a su disposición, en una actividad organizada por un grupo de vecinos que incluyó juegos, espectáculos musicales y entrega de juguetes, y estuvo abierta para toda la ciudadanía.

Aunque el clima no ayudó, la convocatoria, que se realiza todos los días del niño desde 1990, logró colmar la calle Balcarce al 200 de chicos con sus familias. Allí estuvieron durante toda la tarde con los payasos y payasas de la agrupación Amigos de San Telmo que, con la ayuda de los bomberos de ese barrio, los divirtieron con juegos en la calle.

La estrella del festejo fue el juego del gusano. Para hacerlo, se formó una fila india de varones y otra de nenas, todos sentados sobre el asfalto, en la primera mitad de la cuadra. A la orden de Pablo Romero –vestido para la ocasión como el payaso Pablicha– las dos filas empezaron a avanzar hacia la otra parte de la cuadra, la cola arrastrando contra el piso y las risotadas nerviosas de los chicos por doquier.

Gorrito de lana verde, cachetitos colorados de la agitación, Daniel miraba confundido apenas terminado el juego. “Estuvo buena la carrera, pero no sé quién ganó, porque a los dos equipos nos dieron premio”, comentó, algo preocupado por no haber entendido las reglas. Los juguetes que tenía en la mano no eran en realidad un premio por el juego, sino el regalo que los organizadores les hicieron a todos. El no lo terminaba de comprender, pero igual estaba contento.

Además de recibir los obsequios, en esos cien metros de Balcarce los niños merendaron junto a su familias, con los edificios cortitos y antiguos que caracterizan al barrio como testigos. “Me re gustaron los regalos, hay unas figuritas que no sé bien para qué son pero están buenas. Y los juegos fueron divertidos”, aprobó Gabriela, de cinco años, todavía sentada en el pavimento, al que parecía haberle tomado cariño.

El payaso Pablicha, que estuvo toda la tarde a cargo de la animación a través del micrófono, contó que la actividad “la llevamos adelante junto a un grupo de vecinos desde el ’90”. Los chicos también tuvieron tiempo para mirar y escuchar. La compañía Las Narices Rojas brindó un espectáculo de teatro infantil. Y la murga Los Gigantes de San Telmo estuvo a cargo del cierre.

Esta actividad fue sólo una de las muchas que se realizaron ayer para agasajar a los más pequeños en su día. En el Hospital Garrahan, el grupo artístico y terapéutico Payamédicos realizó shows y actividades para los niños internados, mientras que la murga Los Desconocidos de Siempre recorrió al ritmo del bombo y el platillo otros centros de salud y también comedores comunitarios de la ciudad. En tanto en la Unidad Penal 33 de mujeres de La Plata, donde muchas chicos viven en las celdas junto a sus madres, se realizó una entrega de regalos, libros para colorear y remeras.