“Somos parte de un proyecto político que está gobernando la Argentina y que conduce el Presidente de la Nación. Y, si Dios quiere, en octubre vamos a elegir por primera vez a una mujer para la Presidencia.” El gobernador José Luis Gioja no tardó mucho en dedicarle a Néstor Kirchner su apabullante triunfo de ayer. Hacía unos minutos que había comenzado la conferencia de prensa en la sede del consejo del PJ y los datos oficiales mostraban una diferencia de 35 puntos con su principal rival: el Frente para la Victoria alcanzaba el 60,46 por ciento contra el 25,16 del senador Roberto Basualdo (Frente para el Cambio) y el 3,35 de Nancy Avelín (Cruzada Renovadora). “El Presidente ha demostrado que éste es un gobierno federal y que tiene una simpatía especial por San Juan”, elogió Gioja. Tanta premura en reconocer la conducción de Kirchner tenía una lectura bastante obvia. El gobernador reelecto sabía de las necesidades de la Casa Rosada, que venía de dos duras derrotas en Capital Federal y Tierra del Fuego, y estaba digiriendo los primeros costos del incidente de la valija. Rápido de reflejos, Gioja dijo varias veces que Kirchner era uno de los responsables de la conquista.

La victoria de Gioja se descontaba en todas las encuestas y el clima que circulaba en la calle. Algunas escenas que se vieron en torno del gobernador parecían confirmar ese pronóstico, absolutamente generalizado. A las 18.20, cuando todavía no se conocía ningún dato oficial, un grupo de operarios estacionó un camión con acoplado en la esquina del bunker del PJ. Sobre el acoplado había una viga de hierro con luces, también dos pilas de parlantes. El camión pertenecía a la empresa Servimin, que cumple servicios para la minera canadiense Barrick en el yacimiento de Veladero. Pasadas las 21, ese acoplado se usaría como escenario para los festejos por el triunfo del Frente para la Victoria. Nadie hacía el menor esfuerzo por disimular lo que todos descontaban. Que el resultado estaba cantado. Pero el triunfo de Gioja terminó siendo más contundente de lo que la oposición esperaba.

Además de ganar la gobernación y la intendencia de la Capital provincial, el FpV había ganado en los cuatro departamentos que gobernaba la oposición: Santa Lucía, Calingasta, Jáchal y Valle Fértil. Eso significaba que Gioja había ganado no sólo la mayoría de la Legislatura sino también las 19 intendencias de la provincia. Algunos periodistas sanjuaninos preguntaron por ese nuevo mapa político provincial, que será monocorde. “La mayoría no da derecho a cercenar opiniones”, se apresuró a aclarar Gioja. Entre sus simpatizantes se veía mucha euforia y hasta una exaltación que en algunos casos llegaba a ribetes casi cómicos. “Que Dios te bendiga/ José Luis Gioja/ tú eres el elegido”, recitaba ante las cámaras de TV un folclorista que llevaba camisa roja y se parecía mucho a Cacho Castaña. El festejo coincidió con un sorpresivo aumento de la temperatura ambiente. Era el famoso viento Zonda que llegaba desde la cordillera.

Gioja apareció ante los periodistas apenas pasadas las 21. Vestía la misma campera roja que había usado el sábado. Ese día había convocado a sus militantes para hacer una polla en la que cada apostador debía pagar diez pesos para pronosticar los porcentajes de los primeros puestos. “Gané la polla yo”, fue lo primero que dijo. Las cábalas –la camisa roja, las apuestas– parecían haber dado resultado. Sin embargo, muchos atribuían su victoria a la discusión que se generó en la provincia con la instalación de las minas a cielo abierto que usan cianuro. Ese es el método que usa Barrick para extraer plata y oro en la zona de Veladero, a 200 kilómetros de la capital.

–¿Este resultado es un plebiscito minero? –le preguntaron a Gioja.

–Es el plebiscito de la producción y el trabajo, el plebiscito de no cruzarse de brazos. Los sanjuaninos queremos sacar a San Juan de la crisis.

Durante la campaña, el principal rival del gobernador había propuesto como uno de sus estandartes la convocatoria a un referéndum vinculante para que los sanjuaninos aprobaran o no la instalación de las minas a cielo abierto. Ayer, en el entorno de Gioja se interpretaba el resultado como una expresión de un supuesto apoyo total a la política minera de su administración. Gioja está embanderado con la política de favorecer la instalación de empresas privadas para extraer oro y plata (sus dos hermanos presiden las comisiones de Minería en el Congreso). Su principal argumento es que las mineras dejan riqueza y generan puestos de trabajo en una provincia con muy poca tierra cultivable. “El sanjuanino se está sacando la mufa de encima. No queremos mirar más para atrás, no queremos más estar discutiendo quién lleva la manija del cajón del muerto”, dijo con tono campechano ante las cámaras.

La instalación de minas a cielo abierto y el uso de cianuro habían generado algunas diferencias con las provincias vecinas. En Mendoza, la Legislatura prohibió ese tipo de emprendimientos tras una serie de reclamos. El gobernador Julio Cobos no vetó la ley. Esa decisión alimentó el debate que ya existía en San Juan: en estos días, por la calle de la capital se veían pintadas que decían “los mendocinos son tontos, no quieren el cianuro”. Si esa diferencia había generado algún roce con Cobos (como circuló entre varios dirigentes de la provincia), ayer Gioja se preocupó por dar señales en contrario. Tras contar que había hablado por teléfono con el Presidente, su esposa y los ministros del Interior y de Salud, agregó un dato como al pasar: “También hablé con Cobos. Me llamó él”.

Los festejos de los ganadores se concentraron en la esquina de Alem y 25 de Mayo. Gioja se subió al acoplado junto con su esposa; lo acompañaba el vicegobernador Marcelo Lima, electo como intendente de la capital. En la calle se veían flamear unas pocas banderas azules y rojas con el apellido del gobernador reelegido. No se vieron ni se escucharon alusiones a Kirchner. Algunos colaboradores de Gioja comentaron a Página/12 que Cristina Kirchner tiene bastante intención de voto en la provincia, aunque menor que la que obtuvo el Flaco, como le dicen en San Juan al ganador de anoche. “El 75 por ciento de los que votaron por Gioja votarán por la Cristina en octubre”, fue uno de los pronósticos que circularon en el comando del PJ. Sin embargo, la primera dama tendría garantizados más votos gracias al apoyo público que le dio el senador Basualdo. “Yo apoyo a Cristina pero no al Gobierno”, dijo el candidato del Frente para el Cambio en campaña. La definición sorprendió a los visitantes que no conocían la realidad política de la provincia de Sarmiento.

Senador nacional, Basualdo conoce a Cristina Kirchner por su labor en el Congreso. En el último tramo de la pelea electoral, la elogió mucho por sus votaciones durante los ’90. El apoyo de Basualdo a la candidata del FpV parece convertir a San Luis en una rara avis de la política nacional: los candidatos que ayer sumaron el 85 por ciento de los votos apoyan a la misma fórmula presidencial para octubre (aunque, claro, nunca hay un traslado lineal del voto). Algunos explican esa rareza con la cantidad de dinero que recibió la provincia por coparticipación y obra pública en los últimos cuatro años: un ejemplo es el Centro Cívico, un fastuoso edificio que reunirá todas las dependencias públicas, donde todavía se ve un cartel de la constructora adjudicataria.