El carnicero acusado de matar de un balazo a un ladrón en el intento de defender a una mujer que estaba siendo asaltada recuperó ayer su libertad. Así lo dispuso el fiscal de San Isidro Eduardo Rodríguez luego de tomar declaración del sospechoso porque consideró que no hay peligro de fuga. La decisión de la Justicia se dio en el medio de las manifestaciones de los vecinos que repudiaron la detención del vecino de la localidad bonaerense de Beccar.

Rodríguez indagó ayer al carnicero Héctor Padilla por el homicidio de Claudio López, de 23 años, y dispuso su liberación argumentando que no existe peligro de fuga. López fue uno de los dos ladrones que el sábado pasado en horas de la mañana intentó arrebatarle la cartera a una mujer de 33 años, Adriana Lucero, que esperaba el colectivo en una plazoleta de Beccar.

Según el testimonio de la víctima, mientras era arrastrada por el suelo, porque no soltaba la cartera, escuchó dos disparos y los dos ladrones huyeron corriendo hacia los pasillos de la villa San Cayetano. Fuentes policiales revelaron que Padilla había reconocido que disparó, pero que había sido “al aire” y no contra el ladrón que cayó a pocos metros de la villa, con un balazo que le atravesó el abdomen. Hasta ese lugar habría sido llegado con la ayuda del cómplice.

La mujer contó que al intentar resistirse fue golpeada en la cabeza y uno de los ladrones intentó cortarle la garganta sin éxito porque tenía una polera con cuello alto y grueso. Tras ser auxiliada por vecinos del barrio, fue llevada a un centro asistencial de la zona, donde le aplicaron varios puntos de sutura en la frente. La policía encontró a uno de los asaltantes en el ingreso al asentamiento.

Los investigadores inicialmente sospecharon que el joven pudo haber sido víctima de su propio cómplice durante una pelea posterior al asalto, aunque luego, al analizar la secuencia de los hechos y el testimonio de Lucero, volcaron las sospechas en el carnicero.

Voceros judiciales explicaron que la figura legal que podría emplearse para este caso es la de inimputabilidad por “legítima defensa de terceros”, establecida en el artículo 34 del Código Penal”.

El carnicero, pocas horas antes de ser detenido, había sido agredido por supuestos familiares de López, que se presentaron en el local comercial. Ante esta situación, Padilla llamó a la policía, entregó una pistola calibre nueve milímetros y quedó alojado en la subcomisaría de La Cava, donde pasó la noche detenido. En la puerta de la seccional se concentraron ayer los vecinos del carnicero para pedir su liberación y reclamar mayores medidas de seguridad. Además definieron el lugar del hecho como una zona liberada para los delincuentes. La misma acción de reclamo se repitió en la esquina de la carnicería. En la misma zona hubo cruces verbales entre los vecinos y los familiares del joven asesinado que reclamaban justicia.