El presidente de la Asociación Argentina de Acupuntura, que sólo admite a médicos, denunció al “lobby de los ojos oblicuos”, que pretendería apoderarse de esta práctica nacida en China hace 2500 años. Esta referencia étnica tuvo lugar en el marco del debate en torno de una ley sobre el ejercicio de la acupuntura, que obtuvo media sanción en la Cámara de Diputados de la Nación. El proyecto original permitía el ejercicio a “los profesionales de la salud” en general, pero el texto final lo restringe a médicos y odontólogos, aunque deja la puerta entreabierta para otros como los kinesiólogos. En cuanto a los practicantes que no poseen título universitario –como los maestros en medicina tradicional china–, podrían acreditarse “por única vez” mediante un examen. Uno de los profesionales que diseñaron el proyecto original reconoció la presión de “la corporación médica” en el texto final. Entretanto, los efectos de la acupuntura sobre distintas enfermedades son registrados por la OMS, y están siendo científicamente constatados mediante métodos como la resonancia magnética.

El proyecto original, presentado por el diputado Antonio Lovaglio Saravia, destacaba “el desarrollo de la regulación de la acupuntura en distintos países”, tomaba en cuenta “las directivas de la OMS sobre capacitación y seguridad en la acupuntura”, advertía que “varios países del Mercosur y limítrofes han legislado al respecto” y señalaba “el creciente desarrollo de las relaciones culturales y científicas con la República de China”, dado que “la acupuntura es un elemento de la medicina tradicional china desde tiempos remotos”.

Según aquel proyecto, se “podrán acreditar para el ejercicio de la acupuntura los profesionales egresados de las carreras de salud”, con el requisito de realizar previamente un curso de “por lo menos 200 horas de capacitación”. Los acupuntores no egresados de esas carreras que ya estén ejerciendo “podrán aspirar a la acreditación con carácter de ‘técnicos’, por única vez y a condición de dar un examen”.

En cambio, el proyecto que obtuvo la media sanción limita la acreditación a “egresados de las carreras de medicina u odontología”, autorizando como “idóneos” a otros acupuntores, previo examen y “sólo bajo la supervisión de un profesional” médico u odontólogo.

Carlos Amidei, asesor del diputado Lovaglio Saravia, admitió que “el proyecto resultó muy discutido porque hay muchos intereses en juego”, incluidos los de “la corporación médica”; destacó que el proyecto original “se basó en la legislación comparada, a partir de antecedentes como los de Brasil y Chile” y comentó: “La idea es traer la práctica de la acupuntura al circuito formal, y que todos quienes acrediten idoneidad puedan ejercerla”.

Desde la Sociedad Argentina de Acupuntura, que agrupa sólo a médicos, su presidente, Samuel Aisemberg, sostuvo que “la acupuntura debe ser considerada un acto médico”; en cuanto a los kinesiólogos, “no estaríamos muy de acuerdo en que hagan acupuntura pero podría ser, siempre y cuando actúen bajo la prescripción del médico tratante”. Aisemberg denunció “un lobby que viene desde hace mucho tiempo, que tiene un poquito de argentino y otro poco de ojos rasgados. Hay gente que pretende titularse en acupuntura simplemente por tener ojos oblicuos”.

–Lo suyo es una referencia étnica...–observó Página/12.

–No. Hay colegas médicos chinos que revalidaron acá su título sin ningún problema; distinto es alguien que sostenga ser “médico oriental”. En Estados Unidos, sí, existe el oriental medical doctor, y hay licenciaturas en acupuntura, pero no en la Argentina.

Por su parte, Ke-Shin Chu, titular de la Asociación Civil de Acupuntura y Ciencia China Tradicionales, recordó que “la acupuntura se ha desarrollado en China desde hace más de 3000 años; a la Argentina fue traída por acupuntores chinos desde hace unos 50 años; son muchos años, pero nunca fue aceptada oficialmente. Estamos de acuerdo con una ley que establezca exámenes para determinar quién puede trabajar bien. La acupuntura es una técnica de la medicina china tradicional, y para su práctica es básico conocer la teoría y los criterios diagnósticos de esta medicina”.

Ana María Carballo –miembro del Comité Ejecutivo de la Asociación Internacional de Fisioterapistas en Acupuntura y titular del Grupo Argentino de Acupuntura para Kinesiólogos– manifestó su “sorpresa por el cambio producido con respecto al proyecto original”, y comentó que “en Brasil, por ejemplo, la acupuntura fue introducida por fisioterapistas (equivalentes a kinesiólogos), no por médicos”. Carballo –doctorada en kinesiología– dictó desde 1993 el primer posgrado sobre acupuntura en la UBA, para médicos y kinesiólogos.

Según la Organización Mundial de la Salud, “la acupuntura, método terapéutico tradicional chino, se ha mostrado efectiva en el alivio del dolor posoperatorio, la náusea durante el embarazo, la náusea y los vómitos como resultado de la quimioterapia, y el dolor dentario. También puede aliviar la ansiedad, los desórdenes de pánico y el insomnio, y tiene muy pocos efectos colaterales”.