Desde las secuelas del accidente cerebrovascular (ACV) hasta la “culebrilla”, pasando por la migraña, están entre las afecciones que la acupuntura puede tratar. Los estudios de cerebro por resonancia magnética funcional permitieron confirmar los efectos del milenario método en el “síndrome del túnel carpiano” –frecuente entre quienes trabajan con el mouse de la computadora–, según explicó a Página/12 una de las más destacadas especialistas del país.

“Hasta hace poco, si bien se sabía clínicamente que la acupuntura tiene efectos terapéuticos sobre el síndrome del túnel carpiano, no se lo había verificado mediante métodos diagnósticos –explicó Ana María Carballo, responsable para América latina de la Asociación Internacional de Fisioterapistas en Acupuntura–. La confirmación pudo obtenerse mediante resonancia magnética funcional del encéfalo: la mano, sede de la motricidad y sensibilidad finas, está representada en el cerebro con mucho detalle: pero, en quienes padecen el síndrome carpiano, los dedos están fusionados, indiscriminados en la representación cerebral: luego de las sesiones de acupuntura, se restablece la representación de cada dedo con su inervación.”

En el tratamiento de las secuelas del accidente cerebrovascular se registraron “avances importantísimos”, señaló Carballo: “Estos desarrollos, efectuados en China, se refieren no sólo a la rehabilitación de la parálisis, sino al tratamiento del dolor neuropático del hombro, muy difícil de abordar”.

Las agujas también funcionan para “la migraña, la neuralgia del trigémino, cefaleas crónicas, dolor en esguinces, periostitis y periartritis, y también la fibromialgia, para la que se hallaron resultados muy buenos en los últimos años”, agregó la especialista. También en la denominada “distrofia refleja simpática, que se produce por pérdida de calcio en el hueso luego de una fractura o una operación como la de juanetes”.

“En el herpes simplex, la llamada ‘culebrilla’, la acupuntura puede frenar la evolución de la enfermedad; además, disminuye o elimina el dolor posterpético, que se produce cuando, ya curadas las pequeñas ampollas características del herpes, el virus que lo causa se reactiva en el organismo”, contó la doctora Carballo.