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Por Andrew Graham-Yooll

La iglesia anglicana se formó a partir de la decisión del rey Enrique VIII de Inglaterra de separarse de Roma, al no obtener aprobación papal a su divorcio. Por el Acta de Supremacía, en 1534, Enrique se instaló como jefe de la Iglesia Anglicana, que aún hoy se considera católica, si bien excluye la confesión y la veneración de los santos en su rito, y acepta el matrimonio de sus curas y el divorcio.
En la Argentina la Iglesia Anglicana se establece formalmente como capellanía a partir del Tratado de Amistad con el Reino Unido en 1826. La catedral anglicana, hoy monumento histórico, se construyó sobre 25 de Mayo casi Sarmiento, donde hoy se la ve encerrada entre edificios altos.
Con una salamandra y muebles antiguos, antiguas fotografías en las paredes, y recuerdos de visitas ilustres, la oficina del obispo David Leake parece un escenario salido del siglo diecinueve. El discurso del obispo, que en la entrevista estaba próximo a jubilarse y partir para Salta antes de viajar a Inglaterra, mezcla un estilo conservador con sentimientos progresistas.
Dada la naturaleza de su obra en el país, su país, que culminó con la presentación de la Biblia en el idioma de los indígenas wichi poco antes de jubilarse, el obispo Leake tiene una visión especial y personal del desarrollo de algunos de los sectores más marginados de la república, tanto en la capital como el lejano norte fronterizo.