SOCIEDAD › LA DISCUSION ETICA EN TORNO AL RUMOR COMO HERRAMIENTA
Una polémica que se hace en voz baja
Por Mariana Carbajal
Cuál es la posibilidad de contrarrestar un rumor y la ética a la hora de instalarlo son dos ejes para la polémica entre los analistas del fenómeno.
En el seminario hubo quienes reconocieron ser parte de la fábrica de rumores. Y hubo otros que juraron no haberlos utilizado nunca.
El costarricense Danilo Morales reconoció que “en muchos comités de campaña siempre hay un petit comité de inteligencia que es secreto” y no aparece en las estructuras que se difunden a la prensa. Y además contrata militares retirados especializados en la búsqueda de información. “Esa información se sistematiza para generar o enfrentar rumores”, contó el especialista.
La mejor técnica para contrarrestar un rumor negativo, acordaron los expositores, es prevenirlo. Como ejemplo, el politólogo Felipe Noguera, comentó que Carlos Menem en agosto, en una conferencia de prensa en Balcarce, anunció que iba a aparecer una versión de que él tenía cáncer. “Y después no apareció nada más sobre el tema”, recordó. “Ante una crisis, primero hay que evaluar si al desarticularlo el rumor no se potencia más”, advirtió Dimer. Desmentirlo, podría convertirse en la peor opción. “El desmentido oficial lo que hace es trasmitir el rumor a los pocos no contaminados”, explicó Morales. Como ejemplo, Diego Dillenberger, director periodístico de la revista Imagen, mencionó la versión del amorío de Mariano Grondona con la periodista Gisella Marziotta. “Cuando se plantó frente a la audiencia de su programa de televisión para desmentirlo, consiguió que los que no conocían el rumor, se enteraran en ese momento. Y cuando la periodista no apareció más en su programa, todos supusimos que el romance había sido cierto”, relató Dillenberger.
A diferencia de Morales, Noguera no se mostró partidario del uso del rumor como herramienta de marketing político, salvo como forma de monitorear a la opinión pública. “A través de distintas técnicas cualitativas se pueden detectar los rumores que circulan en la sociedad y a partir de allí sacar la conclusión de qué temas le importan a la gente”, explicó en diálogo con Página/12. Incluso, Noguera consideró que “sólo a los novatos” en el arte del marketing político se les ocurre apelar a un rumor para perjudicar a un candidato. “Hay una cuestión ética, porque un rumor implica diseñar una mentira. Pero además, nunca he visto que funcione mucho. No es uno es un instrumento muy eficaz para comunicar un mensaje. En general, la gente no cree en los rumores y en esos casos un rumor puede llegar a tener un efecto contraproducente”, opinó.
A pesar de ser un defensor y militante del rumor, Morales tiene sus límites. “No me metería con un tema que dañe a los hijos de un candidato o que haga referencia a alguna discapacidad, y me negaría rotundamente a utilizar el pasado de un familiar para desprestigiarlo como que la madre de fulano de tal fue una prostituta”, aclaró.