El presidente de Chile, Sebastián Piñera, confirmó ayer que estudia destinar recursos especiales y tomar préstamos internacionales para reconstruir el país. Piñera estimó que se necesitan 30.000 millones de dólares de inversión directa para reparar o volver a construir puentes, escuelas, hospitales, viviendas y otros edificios públicos, y compensar “partes del aparato productivo” perdidas o arruinadas. Los recursos provendrán de las exportaciones de cobre y los fondos ahorrados durante la gestión de Michelle Bachelet. Piñera destacó que su predecesora hizo una gestión en la que el Estado no se endeudó, con lo que tiene ahora buena capacidad de pedir préstamos en el mercado internacional. Para simbolizar el apuro que tiene y la magnitud del trabajo, el presidente terminó su primer día de trabajo con una maratónica reunión de gabinete que se cerró el sábado de madrugada. Como último gesto, Piñera le regaló a cada ministro un casco de albañil y un cronómetro. En la tarde de ayer, el presidente recorrió el puerto de Talcahuano, muy afectado por el tsunami.