SOCIEDAD › TRAS VOLVER DE EUROPA, MACRI RETOMó LA DEFENSA

“Las aprobaciones estaban en regla”

El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, afirmó que “hasta que los peritos no hagan su trabajo” sobre las causas que provocaron el derrumbe de un entrepiso en el local Beara de Palermo, donde murieron dos jóvenes, no pedirá la renuncia de ningún funcionario, porque “las cosas se habían hecho como correspondían y estaba todo en regla”.

Afirmó que “es una tragedia muy triste” la ocurrida en la madrugada del viernes, pero aclaró que “todas las aprobaciones estaban en regla”, con “nueve inspecciones en lo que iba del año”. “Es una tragedia muy triste, porque hoy ni Leticia ni Ariana están con nosotros y hay familias que no las van a poder recuperar”, dijo Macri al terminar una reunión de gabinete en el CGP 13 del barrio de Belgrano, tras su regreso de Europa.

El titular del Ejecutivo porteño agregó que lo que hubo fue “un mal uso” de las instalaciones por parte de los dueños del boliche y subrayó que “hay que esperar el peritaje” para saber “cuál fue exactamente el mal uso que hizo que el entrepiso cediera” y se cayera.

Explicó que los entrepisos se habilitan “para un determinado peso por metro cuadrado (400 kilogramos)” y que ahora los peritos tendrán que determinar si “el entrepiso tuvo menos de 400 kilogramos y estuvo mal hecho” o “si tuvo más de 400 kilogramos”. A la noche, el jefe de la Agencia Gubernamental de Control informó en la Legislatura que el derrumbe no se produjo por exceso de peso en el entrepiso.

Siguiendo con su propio razonamiento, Macri dejó claro que “no hay nada que pueda ir por arriba de la responsabilidad ciudadana”, y citó como ejemplo el registro de conducir que entrega luego de aprobar exámenes médicos y técnicos, que no impiden que después de recibirlo el conductor habilitado “se suba a un auto y pase todos los semáforos en rojo”.

El jefe de Gobierno aseveró también que no iba a emitir opinión “hasta que los peritos no hagan su trabajo” y que no iba a pedir la renuncia de ningún funcionario porque “las cosas se habían hecho como correspondían y estaba todo en regla”. “El Estado debe controlar que la gente sepa qué es lo que tiene que hacer. Los controles que tenía que hacer la Ciudad los había hecho”, aseguró a la prensa al término de la reunión de gabinete.

Añadió que “nunca en la historia de la Ciudad un boliche había sido inspeccionado más de una vez por mes” y recordó que en el caso de Beara “había sido inspeccionado nueve veces en lo que va del año”, siendo la última “cuatro días antes” del derrumbe. Macri destacó, además, el trabajo realizado por los equipos de emergencia de la ciudad y federales el día de la tragedia, y también la labor de los hospitales públicos y el Same.

Finalmente, señaló que en la ciudad se realizan “más de 1300 inspecciones por mes”, que en el año se clausuraron “140 boliches” y que la noche del derrumbe se habían hecho “55 inspecciones”.

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