La capacitación para los censistas es muy rigurosa y detallada a fin de reducir al máximo la posibilidad de error. Los formularios –confeccionados en un papel especial– deben ser completados con un lápiz negro, exclusivo para cargar los materiales censales y, si bien en muchas de las preguntas sólo hace falta marcar con una cruz, algunas requieren que sean completadas con palabras. De esta forma, “es sumamente necesario que la letra sea clara y respete los espacios correspondientes”, aclaró Roxana Cuevas, coordinadora del diseño conceptual del Censo 2010. Estas cuestiones no son datos menores, teniendo en cuenta que el procesamiento de los datos será electrónico: “Veinte scaners, que funcionarán las 24 horas del día, leerán 200 hojas por minuto. Y en total serán alrededor de 172 millones las hojas” que deberán ser procesadas por las máquinas, informó Cuevas. El censista deberá tener plena y absoluta confianza en lo que contesta la persona censada. “En la respuesta que nos da el censado. Nosotros sólo somos el lápiz que vuelca la información”, resaltó Cuevas.