La fuerte presencia policial y militar para custodiar la boda se debe, según los analistas de seguridad, a cuatro amenazas: los grupos disidentes del Ejército Republicano Irlandés, el IRA Real, los anarquistas, los jihadistas vinculados con Al Qaida y desequilibrados mentales. Los dos kilómetros de recorrido nupcial entre Buckingham Palace y la Abadía de Westminster son el principal foco de preocupación de las fuerzas de seguridad que cuentan con una ventaja: conocen al dedillo la ruta, recorrido de casi toda visita oficial. En las últimas semanas ha habido una revisión sistemática de semáforos, cabinas telefónicas, postes de alumbrado y sistema de drenaje de la ruta nupcial. En las azoteas habrá francotiradores y un helicóptero volará la zona con una cámara de alta tecnología para identificar rostros en la multitud.

Al igual que en la boda del príncipe Carlos y la princesa Diana, en 1981, al igual que en todo desplazamiento de la familia real, habrá agentes encubiertos entre los acompañantes de la pareja. Antes de la ceremonia la policía revisará con la ayuda de perros sabuesos la Abadía de Westminster y la ruta del cortejo nupcial. Aun así la policía le ha pedido esta semana a la población que sea sus “ojos y oídos” y ha prohibido una manifestación del grupo islámico extremista Musulmanes contra las cruzadas, frente a la Abadía de Westminster.

En una ciudad que vive con la memoria de las bombas del IRA y bajo la sombra de los atentados suicidas del 7 de julio de 2005, que dejaron un saldo de 56 muertos y más de 700 heridos, no sorprende este grado de vigilancia. Un poco más dudoso es el mensaje mediático y policial que mete en la bolsa de la amenaza terrorista a los que protestaron el 26 de marzo contra la política económica de la coalición conservadora-liberal demócrata. Este mes la prensa británica ha estado repleta de historias sobre posibles tomas de edificios, puentes y comisarías que hacían pensar en una suerte de asalto al palacio de invierno del zar por parte de los grupos anarquistas y anticapitalistas que se enfrentaron con la policía en marzo. Un portavoz de los Anarquistas de Whitechapel, que se identificó como Martin, le dijo a Página/12 que ninguna organización anarquista piensa manifestarse durante la boda. “Es todo un invento de la policía y los medios. No pensamos hacer nada. Esta boda es un hecho menor. Haremos algo para el jubileo real del año próximo, pero ahora no vamos a molestar. Lo que teníamos que decir lo dijimos el 26 de marzo”, señaló Martin.