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En el Instituto Roffo se desarrolla un “marcador” que, mediante un simple análisis de sangre y sin necesidad de biopsia, permitiría monitorear el tratamiento de los tumores de mama y elegir la droga más adecuada a cada caso. La investigación se anota en un conjunto de trabajos en el mundo sobre una enzima llamada “metaloproteasa”, que permitiría diagnosticar los tumores mucho antes que la mamografía e, incluso, desarrollar nuevos medicamentos para tratarlos sin cirugía.
Para poder crecer, los tumores necesitan destruir los tejidos que los rodean; para esto, pueden utilizar la metaloproteasa, la cual a su vez tiene distintas variedades que predominan según el tumor sea más o menos agresivo. El trabajo que se desarrolla en la Unidad de Investigación de Transferencia consiste en dosar esa enzima en sangre para determinar el tipo y malignidad del tumor.
“Ya estamos en la fase clínica, con pacientes, para precisar la eficacia de este marcador”, cuenta Leandro Cerchietti, a cargo de la Unidad. El recurso permitiría “establecer la respuesta a cada tratamiento y anticipar los riesgos de recaída”, precisa.
Además, la enzima serviría para “detectar muy tempranamente los tumores, ya que, apenas una célula se maligniza, empieza a producir esta sustancia. Esto requiere estudios muy amplios y complejos, con pacientes y personas sanas a lo largo del tiempo, que no están a nuestro alcance, pero se están proyectando en Estados Unidos”, explica Cerchietti.
Ahora, si la metaloproteasa está presente desde tan temprano, ¿no podría haber una droga que, destruyendo esta sustancia, impidiera el desarrollo del tumor? Quizá sí. “Ya están en fase clínica en Estados Unidos, con auspicio del National Cancer Institute, ensayos con inhibidores de la metaloproteasa. El primer tipo de cáncer con el que se los utilizó fue el de mama y también hay investigaciones con tumores de cuello uterino. Hay que esperar los resultados”, anuncia el investigador argentino.