Jueves, 19 de enero de 2012 | Hoy
La ciudad natal del comandante Francesco Schettino, la sureña Meta di Sorrento, cerca de Nápoles, estrechó el círculo de protección alrededor del capitán, señalado como el mayor responsable de la tragedia, convencida de que hizo todo lo posible para salvar a más de 4000 personas.
Schettino, de 52 años, llegó a su casa la madrugada de ayer, acompañado por los carabineros, que organizaron una verdadera operación secreta para engañar a la prensa y protegerlo de los fotógrafos que lo esperaban frente a su casa. El capitán, acusado de haber causado el naufragio en el que murieron al menos once personas, había sido detenido el sábado por orden de la fiscalía de Grosseto y liberado el martes por la jueza de instrucción, que dispuso el arresto domiciliario.
“El hombre más detestado” de Italia, según la prensa y los sitios de Internet, entró a pie por la parte trasera de su casa, mientras los fotógrafos asediaban al hermano que descendía del automóvil de los carabineros por el frente. Schettino es defendido por sus paisanos: “Garantizó la seguridad a mucha gente, fue hábil”, repiten los vecinos.
“Este es un linchamiento mediático”, comentó su vecino y amigo de toda la vida, quien lo considera un “héroe” porque “salvó vidas humanas”. También el cura del pueblo lo defiende. “Humanamente lo mataron, es una vergüenza”, dijo Gennaro Starita, párroco de la localidad.
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