Domingo, 15 de julio de 2012 | Hoy
SOCIEDAD › LA PELíCULA QUE YA SE ESTá FILMANDO
Por Soledad Vallejos
Hace algunas semanas empezó el rodaje de La noche del chihuahua. La preproducción estaba en marcha, la decisión de que se trataría de un film independiente de instituciones capaces de financiarla y la certeza de que pedir un crédito no estaba en los planes también. Guillermo Grillo, director, guionista y coproductor, dice que desde el vamos fue pensado como un film para realizar en cooperativa. “Me llevo mejor con el público que con los productores”, explica, y con eso termina de redondear por qué este proyecto era ideal para probar si en Argentina podía funcionar lo que era realidad en Estados Unidos.
“Ahora, con la comunicación que hay entre público y artistas, me llegan mensajes por Facebook, por mi canal de YouTube, donde también se puede ver online lo que ya hay”, explica Grillo, que ya había dirigido Fantasma de Buenos Aires, con producción de la FUC. Los números le dan la razón: en Idea.me, de 13.650 pesos que explicó que precisaba para solventar “el alquiler de equipos y otros gastos, como compras de vestuario, maquillaje y FX”, recaudó 14.105 gracias al aporte de 69 personas. “El guión lo empecé en octubre del año pasado; es un largo de presupuesto muy bajo porque lo escribí así, pensando en lo que tengo, empezando por mi casa, que es donde se rueda el 98 por ciento de las escenas. Se juntaron las dos cosas: es un largo de presupuesto tan bajo que el crowdfunding podía ser importante.” Los actores, como Benjamín Rojas, el equipo técnico y toda persona que se involucra personalmente en el rodaje lo hace a sabiendas de que esas son las condiciones reales del film: una apuesta a un proyecto independiente ciento por ciento.
“Hoy día, este tipo de financiamiento es algo que está empezando. Pero para que sea una realidad, tiene que ser un proyecto chico. Por lo menos acá, por ahora, es así”, dice Grillo.
–Por eso decidieron probar sólo con una parte de los fondos que necesitaban.
–Sí. De todos modos hay cosas que se pagan igual, por más que trabajemos en cooperativa y la gente ayude. Confieso que mucha familia y amigos participaron en ese financiamiento, pero también gente que no conocemos.
–¿La expectativa era poca?
–No sé. Traté de ser modesto con la suma porque es algo nuevo. Lo que sí sé es que no existe la persona que va navegando alegremente, se encuentra con un sitio y pone plata en algo que no conoce. Los que ayudan lo hacen porque te conocen o conocen tu obra. Por lo menos ahora es así. No creo que en Estados Unidos sea muy diferente todavía. Para una idea como la de esta película, funcionó. Para mí salió con este tipo de proyecto alternativo, que filmo de manera hogareña. En ese contexto, era un buen financiamiento. Tengo otros proyectos más industriales, más grandes, que no tendría sentido hacer de este modo. Creo.
–¿Conoce colegas que recurran al crowdfunding?
–Hasta ahora, me consultó gente que hace historieta y música. Por ahí resulta más apto para esas dos cosas que para el cine. Ponele: si vos lo que querés es grabar un disco, como recompensa podés ofrecer el mismo disco, por una suma menor a la que sería el precio de mercado.
Hay quienes promueven el financiamiento a microemprendimientos productivos (objetos de decoración, algún servicio especializado en pastelería), también quienes se animan con ensayos fotográficos, algún libro. Pero películas, corto o largometraje, parecieran ser especialidad de los públicos argentinos que algún contacto tuvieron con el crowdfunding. Cuando terminaba marzo, Alfredo Casero lograba recaudar 20.156 pesos más de los 100.100 que se había propuesto conseguir para Cha3DMubi, un “proyecto de película autogestionado”. Como, según explicó en Idea.me, la plataforma que eligió, la propuesta era llevar al cine el espíritu del programa televisivo Cha Cha Cha, la recompensa a cambio de la colaboración podía consistir en alguna entrada para la película una vez estrenada.
Y hay más, porque el crowdfunding puede no conocer fronteras, como en el caso de Durazno. Film de ficción, un “documental creativo” con algo de road movie y la participación de Nahuel Pérez Biscayart, que empezó como proyecto para ser rodado en Bolivia y Argentina. Es, además, el primero en su tipo “hecho con crowdfunding, transmedia y producción ecológica”, advierten sus realizadores. Pero Durazno comenzó como proyecto en el sitio más popular de financiamiento colectivo, el norteamericano kickstarter. Hace varios meses. El hallazgo fue proponer recaudaciones por etapas: renovaban las campañas, para cubrir distintas necesidades. En un momento, se regionalizaron en Latinoamérica y pasaron a Banana Cash. Hace unas semanas, empezaronr en la provincia de Buenos Aires.
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