El auditor de la Ciudad, Eduardo Epszteyn, afirmó ayer que el metrobús de la 9 de Julio es una “una obra que no está adjudicada, los costos son poco transparentes y muy superiores a los estimados y comprometen el Presupuesto 2014 por una obra de apenas cuatro meses”. El ex legislador explicó que, “más allá de la conveniencia o utilidad real y concreta” de los corredores de los metrobuses, “es preocupante la mecánica del gobierno en materia de desmembramiento de los proyectos y obras públicas, que generan una gran dificultad para el seguimiento de la gestión de gobierno, el acceso a la información adecuada, veraz y completa”.

Según detalló el auditor del kirchnerismo, este metrobús cuesta un promedio de 50 millones de pesos por kilómetro e implica un “capricho que adultera uno de los lugares más emblemáticos y complejos de la Ciudad en materia socio-ambiental”. Epszteyn agregó al respecto: “Aunque parezca descabellado, hay que informar que éste no es el costo real y final del proyecto. La obra no se encuentra adjudicada (se encuentra preadjudicada a la empresa Riva SA –contratista en metrobús de la avenida J. B. Justo– por 115 millones) y sin embargo ya vemos obra”.

Además, el ex legislador aseguró que al monto final incierto del metrobús de 9 de Julio “habrá que sumarle todas las obras que se están realizando desde otras dependencias del gobierno porteño y no están en el presupuesto”: trasplante de árboles, pavimentación y señalamiento vial.