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“Ideas que se convierten en empresas. Investigadores que se transforman en empresarios. Proyectos que se plasman en nuevos productos y servicios”, así definió el titular de la Dirección de Tecnología y Diseño, Darío Caresani, al Programa Buenos Aires Innovación Tecnológica (Baitec).
En el 2001 la dirección, que depende de la Secretaría de Desarrollo Económico de la Ciudad, implementó el Prueve, un concurso orientado a la selección de ideas innovadoras para la formación de nuevas empresas con base tecnológica.
Según dijo a Página/12 el secretario de Desarrollo Económico, Eduardo Hecker, “se hizo hincapié en las empresas tecnológicas porque son las que tienen mayor valor agregado y pueden competir en el exterior donde hay una mayor demanda empresarial”. Para Hecker “es una inversión a largo plazo, donde los resultados son inciertos, pero en algún momento había que apostar por estudiantes y profesionales capaces que puedan convertir sus proyectos en empresas rentables”.
A mediados de mayo finalizó la cuarta convocatoria del Prueve y ya fueron seleccionados 10 grupos de la segunda edición que, junto con el asesoramiento del gobierno porteño, están desarrollando su plan de negocios, y 13 proyectos de la tercera edición, para que comiencen con la formulación técnica de sus proyectos de innovación.
Los integrantes de las nueve empresas incubadas que desde ayer ocupan el edificio Baitec, también utilizarán los laboratorios de la UBA, la UTN y el Conicet. Los proyectos seleccionados son: un videojuego portátil; un sistema de identificación de identidad por medio de la voz; el análisis genético de mascotas; un sistema de control de máquinas expendedoras; otro para desarrollar productos según el gusto de los consumidores; un banco de levaduras; un servicio de determinación de paternidad de perros y gatos; una impresora offset para hojalata.
En el mundo hay 18 mil empresas incubadas y la mitad está en los Estados Unidos: según la National Small Business Administration (NSBA), luego de tres años la tasa de éxito para negocios incubados es de entre el 75 y 80 por ciento contra un 20 y 25 por ciento de los emprendimientos autónomos.