“Las sillas altas para nenes son peligrosas –destacó Rubén Zabala, de la Subcomisión de Prevención de Lesiones de la SAP–. Las antiguas, que todavía se ven en restaurantes, tienen poca base de sustentación y no cuentan con arnés de sujeción: basta que el chico apoye los pies contra la mesa y empuje para que la silla se vuelque hacia atrás. Las más modernas tienen base de sustentación ancha y arneses de tres puntos, incluyendo la entrepierna y la cintura, o de cinco puntos, que toman los hombritos. Pero siguen siendo peligrosas: la lesión más común es que la silla se vuelque, pero la más grave es que el bebé se deslice y quede colgado del cuellito. En realidad es preferible que el adulto baje a la altura del chico para darle de comer, en vez de subir al chico a nuestra altura; si de todos modos se la usa, debe ser bajo supervisión, sólo para comer y bajarlo en seguida.”