“Canadá prohibió la venta de andadores –contó Rubén Zabala, de la Subcomisión de Lesiones de la SAP–: no está permitido vender ni publicitar esos objetos. El andador no aporta ningún beneficio. Los padres tienen la sensación de que ayudan a caminar, pero no es así y son muy riesgosos por las caídas. Sobre todo, un chico con andador en una casa con escalera es una invitación al peligro: si se cae, va golpeándose varias veces en la cabeza y puede tener lesiones graves. Por eso, en Estados Unidos está prohibida la venta de andadores con menos de un metro de ancho, para que no pasen por una puerta y el chico no pueda caer por la escalera del sótano; en la Argentina, tienen 60 o 65 centímetros. La Sociedad de Pediatría de Estados Unidos pidió que se prohíban los andadores, como en Canadá.”