La historia reciente del centenario Hospital Iturraspe, de Santa Fe, tiene la mancha de la muerte de Ana María Acevedo, una joven muy pobre, igual que Patricia, que tenía tres hijos, a los 20 años, cuando falleció, el 17 de mayo de 2007, en ese centro de salud provincial. Sufría de cáncer y cursaba un embarazo incipiente. Los médicos que la atendieron no accedieron a interrumpir esa gestación, como ella reclamaba, y la ley la amparaba, y no le realizaron los tratamientos oncológicos que requería su cuadro para preservar ese embarazo. Alegaron “convicciones y cuestiones religiosas”. Cuando estaba ya en estado pre mortem, fue sometida a una cesárea. La criatura que dio a luz, de 22 o 23 semanas de gestación, sobrevivió 24 horas. Tres semanas después, ella murió, dolorida y deformada. Con el acompañamiento de distintas ONG, el caso llegó a la Justicia y fueron procesados por los delitos de lesiones culposas e incumplimiento de los deberes de funcionario público el ex director del Iturraspe, Andrés Ellena –desplazado del cargo a partir de ese caso–, y los jefes de los servicios de Oncología, César Blajman, y de Ginecología, Raúl Alejandro Musacchio. También fueron procesados por incumplimiento de los deberes de funcionario público los médicos Jorge Venanzi, oncólogo radiólogo del Iturraspe, y otros dos médicos del hospital de la localidad santafesina de Vera, donde la joven fue atendida en un primer momento.