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No se les ocurría ninguna idea. Eran reacios a participar y veían el trabajo periodístico como algo inaccesible. Pero las profesoras de Lengua y Literatura, Mara Luisa Garra y Viviana Mara Ford, trataron entonces de orientarlos hacia una temática que les resultara interesante, que estuviese relacionada con sus inquietudes y preferencias. Como varios de los alumnos de la Escuela Técnica Nº 24, de Villa del Parque, se habían hecho tatuajes, la propuesta de hacer una nota sobre esta práctica los entusiasmó rápidamente.
El trabajo estuvo a cargo de un equipo de diez estudiantes, que se repartieron distintas tareas, lo que permitió una completa cobertura de datos. Un grupo se dedicó a investigar a los tatuadores, que fueron muy reacios a suministrar información; otro indagó sobre la motivaciones que empujan a una persona a fijar en su cuerpo una marca que lo acompañará por el resto de su vida, en tanto que un tercero se dedicó a consultar las enfermedades que pueden trasmitirse a través de esta práctica.
Damiana, la única participante del trabajo que marcó en su piel un dibujo de este tipo, consideró que a pesar de los peligros que implica esta actividad, tatuarse es una forma de “portar una idea, una forma de ser y vivir, una insignia que te acompañará por siempre”. El resto de sus compañeros coincidieron en este aspecto y adelantaron que se tatuarán, ni bien alcancen la mayoría de edad, o cuenten con la autorización de sus padres.