EL PAíS › COMO QUEDARON ALGUNOS PERSONAJES NOTORIOS EN LA CAMARA ALTA
Losers, winners y también los otros
Por Felipe Yapur
El recambio de legisladores en el Congreso de la Nación suele tener su cuota de dramatismo. En este proceso, que se desarrolla por estos días, están los que se van, que se quedan sin los privilegios que supieron disfrutar y, sobre todo, de ese magnífico paraguas que resultaron ser los fueros parlamentarios. En este mismo grupo –de los derrotados– suelen participar también aquellos que continúan en funciones, pero que quedaron relegados por las relaciones de fuerzas internas en un oscuro rincón del palacio. Pero claro, también están los que ganan entre los que, curiosamente, no figuran los representantes del kirchnerismo y sí sus archienemigos menemistas.
Los derrotados
u El refugio de la cultura. Oscar Lamberto está a horas de dejar su poltrona de senador para ocupar la de diputado. Sin embargo, el futuro del legislador parece estar destinado al ostracismo. Su extrema cercanía con Carlos Reutemann y su mala relación –desconfianza más bien– con los patagónicos le impidió cosechar el control de una estratégica comisión de la Cámara baja. Lamberto montó en cólera por lo que consideró “el abandono duhaldista” que no le retribuyó su colaboración durante la presidencia de Eduardo Duhalde. En ese contexto, hizo conocer su enojo a través de voceros oficiosos donde dijo que “no pensaba hacer nada, ni siquiera colaborar”. El duhaldismo no se dio por enterado. Su preocupación por estos días es ocupar la mayor cantidad de comisiones. De todos modos, alguien se acordó de él y están pensando en ofrecerle la comisión de Cultura. Igual, Lamberto no dejó de refunfuñar.
u Opositor por despecho. Se terminaba su mandato como senador y pensaba repetir como gobernador de Chubut. Pero no tuvo suerte, fue derrotado en una ajustada elección interna frente al todavía gobernador, José Lizurume, por lo que el jefe de los senadores radicales Carlos Maestro quedó en la nada. A partir de ese momento, el chubutense se largó en una desesperada carrera por convertirse en el más fiero opositor del gobierno de Néstor Kirchner, total ya no tenía nada por perder. Así, embarcó a buena parte de la bancada en el rechazo a la designación de Eugenio Zaffaroni como miembro de la Corte y la destitución de Eduardo Moliné O’Connor. Incluso logró doblegar a su reemplazante, Mario Losada, quien tuvo que votar a favor del cortesano a sabiendas del costo que le significará a la hora de pelear las comisiones de la Cámara alta.
u Mala jugada. Raúl Baglini no quería dejar el Senado. Se había acostumbrado a ser respetado tanto por los suyos como por los opositores. La interna mendocina lo dejó fuera de juego, pero el voluminoso senador no se quedó de brazos cruzados. Rápidamente “conversó” con colegas y oficialistas para hacerse de una “changuita”. Propuso y organizó lo que sería una Comisión de Seguimiento del Presupuesto del Congreso. Estaba todo listo. Claro, no contaba con que el ministro de Economía, Roberto Lavagna, pusiera el grito en el cielo porque no quería perder el control de la ejecución de este presupuesto que, como se sabe, lo que no se ejecuta pasa al Tesoro Nacional. Y la maniobra quedó desactivada. Hasta Maestro se vio perjudicado con ella, porque el mendocino le había prometido su participación. Así, Maestro terminó su gestión 2 a 0 en contra y Baglini, por ahora, con las manos vacías.
¿Empate?
u La esperanza del Tato. Lázaro Chiappe se hizo famoso por ser el senador que usufructuó el avión de la provincia de Santa Cruz para llegar al recinto y votar contra la anulación de la Ley de Subversión Económica. El correntino creyó que tal gesto alguna vez sería retribuido. La impugnación que le impidió por ahora asumir a Raúl “Tato” Romero Feris fue para Chiappe la oportunidad esperada. Envió el mensaje prometiendo que su reemplazante sería un colaborador del oficialismo. Es más, el día de la destitución votó a favor y apoyando –a diferencia del PJ– todos los cargos contra el supremo. Ahora, en el bloque oficialista hay quienes pretenden devolverle el favor. El tema es quién convence a Cristina Kirchner, quien se resiste a recibir a semejante personaje. De todas formas, Chiappe todavía mantiene las esperanzas.
Los ganadores
u ¿Extintos? Con el triunfo de Kirchner se creyó que el menemismo era una especie en extinción. Tanto es así que su representación quedó sensiblemente diezmada. Sin embargo, y más allá de lo que muchos opinaban, los pocos menemistas que quedaron tuvieron una buena cosecha a la hora del reparto de las comisiones. Adrián Menem, por caso y a diferencia de su papá, desplazó de la presidencia de Industria no sólo a Roggero, sino también al transversal Daniel Carbonetto. Alejandra Oviedo continuará al frente de la estratégica Peticiones, Poderes y Reglamento y el cordobés Oscar González nada menos que en Salud. Este resultado generó más de un enojo en el kirchnerismo que ya comenzó a ver con desconfianza a quien consideraban un aliado, el jefe de la bancada José María Díaz Bancalari.