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Marta Jáuregui es delegada de ATE en las oficinas del Ansés de La Plata, donde acumula 26 años de servicio. Denunció ante la Justicia que el 16 de setiembre de 2003, en esas mismas oficinas, fue atacada sexualmente por un compañero de trabajo, delegado de UPCN. “Fui a pedirle un formulario para iniciar un trámite jubilatorio y cuando entré en la habitación donde tenía que buscarlo, él cerró la puerta con llave. Me tiró boca abajo sobre un escritorio. Me levantó la pollera, me bajó las medias, me agarró de las manos”, relató Marta en diálogo con Página/12. Ella tironeaba y lo insultaba, tratando de zafarse. De acuerdo con su denuncia, el hombre no pudo penetrarla con sus genitales, pero sí lo hizo con los dedos en el ano y en el vagina. Marta pudo escapar de la agresión, cuando en la habitación contigua se escuchó un ruido de llaves y “él me soltó”. A Marta le pasó lo que a muchas otras mujeres víctimas de violación: “En el momento no le conté a nadie en mi trabajo por miedo, por vergüenza, por lo que podían llegar a pensar”. Así, se quedó sin pruebas ni testigos. Una amiga la impulsó a presentar la denuncia. Pero en la Comisaría de la Mujer de La Plata, donde se presentó, sintió que la violaban otra vez. “Las pericias ginecológicas me las hizo un médico varón. Me tuve que acostar en una camilla, abrirme la vagina. Y no sólo tuve que prestarme a desnudarme ante un policía, además un fotógrafo masculino me sacó fotos de la vagina y el ano. Fue terrible. Pedí si no había personal femenino y me dijeron que no.” Marta estuvo tres meses con licencia psiquiátrica por las secuelas que dice le quedaron del ataque sexual. Recién a mediados de enero se reincorporó a su trabajo. Y sigue con tratamiento y medicación. El hombre al que denunció está con licencia. La causa penal está a cargo de la UFI 1 de La Plata. La Ansés inició un sumario administrativo, que está en manos de la secretaría general. Con el apoyo de la Secretaría de Género de la CTA, Marta hoy pelea para que el hecho no quede impune.