SOCIEDAD
Vivir siempre custodiado
Cada minuto de sus vidas los testigos protegidos por la Procuración General de la Corte bonaerense tienen un custodio al lado. No hay momento en que esos hombres armados que intentan pasar inadvertidos como un pariente más de la familia numerosa no estén estudiando si en las proximidades hay algún sospechoso. En este caso el riesgo que implica la causa por la que están protegidos los R. “es de los más altos”, según Oscar Acuña, director del Programa de Protección de Testigos. “Se trata de una investigación con policías presos por estar sospechados de un doble asesinato agravado y lo peor es que uno de ellos todavía está prófugo”, marca, refiriéndose al oficial Martín Alejandro Ferreira.
En la cita con Página/12 hay una cantidad difícil de contar de hombres y mujeres de civil con los que bromean a lo largo de una mesa comiendo un asado como si se tratara de un domingo cualquiera. Pero es un día de semana y el lugar es un punto perdido de la provincia, distante del que les eligieron para mantenerlos a salvo. “Se portan bien. Son una familia como cualquier otra en el barrio. Y tienen ganas de progresar”, marca uno de los coordinadores del Programa. No están presentes quienes los cuidan a diario. También por una cuestión de seguridad son otros los que los movilizan las contadas veces en que se encuentran con alguien de manera secreta fuera de la casa en la que ahora viven cuidados por esos personajes que para el resto del mundo parecen tíos sin empleo.