SOCIEDAD › COMO ES EL CENTRO DONDE SE INTERNARA MARADONA

Lugar vigilado por expertos

Diego Maradona estará vigilado y controlado de cerca. El Centro de Salud Mental de Cuba (Censam), donde se instalará durante el período de rehabilitación, está ubicado apenas a diez cuadras de la casa de Fidel Castro; es un lugar vigilado por militares y administrado por el Ministerio del Interior de la isla. El régimen de comunidad cerrada, más estricto que su anterior estadía en La Pradera, lo obligará a recibir sólo “visitas planificadas”, tal como define el reglamento del centro. A través de Internet, Censam detalla que el tratamiento para toxicómanos son 70 días con un costo completo de 11.200 dólares, aunque en el caso de Maradona el gobierno cubano se hará cargo de sus gastos. La dieta interna no incluye asado ni pastas sino “frutas, vegetales y pollo”. El centro promete correo electrónico a mano, terraza con vista al mar en una espléndida playa de palmeras y cancha de squash.
La Habana se prepara para la recepción de Maradona con los misterios de un secreto de Estado. El gobierno de Fidel Castro cerró la información técnica y clínica sobre el Censam y acerca del tratamiento que recibirá Diego: “El exceso de información fue el problema de Diego durante todo este tiempo, y no queremos repetirlo”, dijo un vocero de la embajada a este diario.
Aun así, de acuerdo con la información judicial, apenas llegue a la isla se instalará entre las palmeras de lo que parece un cerrado campo militar. El complejo se dedica desde hace más de 37 años “a la prevención y tratamiento de los trastornos mentales”. Está ubicado al oeste de La Habana, a unos diez minutos de distancia sobre la playa de Jaimanitas. Entre sus especialidades, ofrece una especie de cartilla de tratamientos variados y a la carta. Con opciones como el “cine debate” o la más original de “libro debate”, el ídolo argentino estará entre pacientes con patología de “esquizofrenia, enfermedades afectivas, alcoholismo en todos sus estadios, trastornos neuróticos, disfunciones sexuales, agotamiento psíquico y estrés”. Además, claro, con los internados como drogadependientes, según indica el sitio web de Cesam.
La cartilla de presentación virtual prescribe alcances y costos para cada uno de los tratamientos. Para quienes padecen una adicción a las drogas, se estipula una hospitalización de 70 días, durante los cuales el paciente es sometido a evaluaciones pisquiátricas, psicológicas, de especialistas en medicina interna y cultura física. El “esparcimiento” también forma parte del trabajo de rehabilitación clínica. En ese sentido, el complejo cuenta con gimnasio, tenis de mesa, terreno listo para vóley, básquet y cancha de squash. Hidromasaje, cafetería y piscina también están incluidas.
En el caso de Diego Maradona, la agenda de las visitas no es un dato menor. El spa La Pradera donde permaneció alojado durante su primera estadía en la isla pertenecía a lo que se define como comunidad terapéutica de “régimen abierto”. Una de las exigencias pedidas por la justicia argentina para dejarlo salir del país era que esa situación se modificase. Durante su permanencia en el Censam las visitas serán planificadas y deberán ser autorizadas. Siempre de acuerdo con la información de la web –la única disponible–, los familiares deben pagar para alojarse allí un total de 50 dólares al día. Y según el corresponsal de la agencia Télam, la institución pone de manifiesto parte de su reglamento en el cartel de la entrada: Los pacientes “sólo podrán recibir visitas –se lee– de padres, hermanos, esposas e hijos”. Cada uno de ellos sólo podrán entrar con “ropas adecuadas, ya que no se admite el uso de bermudas, calzas, musculosas con tirantes y polleras muy cortas”.
Por lo demás, las promesas son de una suerte de estadía en el paraíso. Para los tratamientos destinados a pacientes estresados y a quienes buscan recuperar su calidad de vida, por ejemplo, el régimen interno promueve una extraña coctelera de curas. Con los clásicos ejercicios de yoga, respiración o concentración, ofrecen experiencias de “electrosueño”. Pero como el tratamiento de Diego es distinto, sólo deberá someterse a algunas clases de yoga, además del cine y libro debate y a algunas charlas pautadas “en educación para la salud”.

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