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“Se podría decir que estamos bastante conformes con la sentencia, aunque esperábamos algunos años más para los seis policías que recibieron penas menores.” Dolores Sigampa, la mamá de Ezequiel Demonty, había superado ya la crisis de llanto que sufrió al escuchar la sentencia condenatoria y estaba satisfecha con lo hecho por el Tribunal Oral 8. “Es muy importante que los tres principales actores del crimen hayan sido condenados a perpetua, porque eso tiene que servir para que recapaciten los demás policías, esos que no estuvieron acá, pero que también tienen las mismas costumbres”, dijo la mujer, al ser entrevistada por Página/12. Incluso tuvo un gesto de piedad –es evangélica practicante– hacia el suboficial Luis Funes: “El también fue responsable, pero al menos tuvo el gesto de denunciar a sus jefes y eso ayudó a la investigación”.
Rodolfo Suárez, el padrastro de Ezequiel, coincidió en que el fallo es importante porque “a partir de ahora se pueden empezar a romper los códigos de silencio que hay entre los policías y que garantizan la impunidad de muchos crímenes”. Suárez opinó que la institución policial “está para cumplir la ley y los policías que cometen este tipo de hechos son delincuentes que se esconden detrás de un uniforme”. Por eso le pareció “muy bien que llegaran esposados, como delincuentes”.
En la sala de audiencias también estuvo presente Jessica Martín, la novia de Ezequiel, con el hijo que tuvo con la víctima y que está por cumplir dos años. “Estamos bastante conformes y esperamos que esto sirva para parar la violencia policial, porque hay muchos que hacen lo mismo con muchos chicos.” Dijo que a su hijo, Damián Ezequiel, que estuvo con ella durante la lectura de la sentencia, sin comprender lo que estaba ocurriendo a su alrededor, cuando crezca le va a contar “toda la verdad”.
“Quiero que sepa muy bien que a su papá lo mató la policía injustamente, sin justificación alguna, y que él era una buena persona que no merecía lo que le pasó.” Jessica aclaró que también le va a decir a su hijo que “todos los policías no son iguales, porque no quiero que crezca con el miedo de que a él le pueda pasar lo mismo”. Para la joven, el fallo fue “muy importante porque tiene que ponerles freno a esos policías que se creen todopoderosos y que pueden actuar con total impunidad”.
El festejo de los familiares, entre lágrimas y abrazos, incluyó al tío de Ezequiel, Beto, quien a los gritos recordó y agradeció la ayuda que brindó a la familia el fallecido dirigente villero Juan Cymes. “Es para vos Juan”, dijo Beto, elevando los ojos al cielo. En la audiencia estuvo presente la abuela de uno de los amigos de Ezequiel, testigo central de la causa. La mujer pidió ayuda porque, según dijo, al chico “lo andan buscando cuatro monos grandotes que andan en un Fiat de color rojo y nosotros tenemos mucho miedo”.