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Para unos, una sorpresa; para otros, una obviedad. Lo cierto es que ayer el caso Cromañón sumó no uno sino dos detenidos más que acompañarán al empresario Omar Chabán y al manager de Callejeros, Diego Argañaraz. Los nuevos detenidos son Raúl Villarreal, el inmenso amigo de Chabán que se definía como “el relaciones públicas” de Cromañón, aunque la banda y los ex empleados lo sindican como jefe de seguridad del lugar. Anoche, la policía secuestró en su casa varias cajas con bengalas y otros elementos importantes para la causa. El otro detenido es Lorenzo “Lolo” Bussi, que según allegados a la banda fue contratado como coordinador del grupo de control propio. Villarreal es el mismo que hace unos días se desligó de las responsabilidades de la seguridad de la disco: “De seguridad no sé nada; la seguridad la contrató Callejeros; 25 masculinos y 5 femeninos”, aclaró, poco convincente. Ayer, después de responder públicamente a “Pato” Santos Fontanet por sus acusaciones (ver nota aparte), el inmenso RR.PP. de Chabán, Raúl Villarreal, pasó a ser el tercer masculino detenido.
Según revelaron ex empleados de Cromañón a Página/12, Raúl Villarreal era el tercero en jerarquía dentro de la estructura organizada por Omar Chabán, después de Yamil, hermano del empresario. Según él mismo, “yo soy relacionista público de Chabán”, a quien conoció hace 20 años, cuando tenía 27. Villarreal supo ser el encargado de boletería de Cemento, hacía los números con Chabán y el manager de cada banda, también repartía los porcentajes. En la época de malaria de Cemento, el inmenso RR.PP. abrió una parrilla delivery en la esquina de Caseros y Solís y detrás del mostrador recibía los pedidos de la clientela.
Aunque empleado, Villarreal tenía todo el ascendiente de amigo con Chabán y, según los allegados, también hacia fuera. Según relata uno de los testimonios en la causa, después del incendio, uno de los ex empleados quiso entrar a la disco a buscar sus pertenencias, pero los bomberos no lo dejaban. Preguntó entonces a Villarreal, que se encontraba sentado en la vereda. “Déjenlo entrar”, dijo y el empleado pudo recuperar sus pertenencias. También aseguraron que tuvo su porción dentro del negocio: “El 8 de diciembre hubo una fecha que armó Raúl”, aseguró a este diario un allegado a Cromañón.
Al RR.PP. de Chabán se lo vio aparecer en cámara cuando Omar Chabán llevaba apenas unas horas de detención, poco después de comenzado el nuevo año y cuando el empresario iniciaba su larga estadía a la sombra de la Superintendencia de Investigaciones de la Federal.
Fue después de una nota realizada por Página/12 a los ex empleados de Cromañón que comenzó a sonar el nombre de Raúl Villarreal como una de las posibles claves del desastre. En aquel momento, los ex empleados lo señalaron como responsable de los cacheos, de haber cerrado la puerta de emergencia y como quien hacía y deshacía en cuestiones de seguridad. A los ex empleados les siguieron las acusaciones de los Callejeros, reafirmadas en las presentaciones que hicieron Diego Argañaraz y Eduardo Vásquez, manager y baterista de Callejeros, para ser tenidos en cuenta como parte querellante. Ambos cargaron todas las tintas de la seguridad sobre la cabeza de Chabán y sobre la inmensa figura del relacionista Villarreal.
Luego de trascender públicamente la detención de Argañaraz y su declaración en la que ratificó que la seguridad dependió pura y exclusivamente de Villarreal, el propio relacionista salió a defenderse: “La gente de seguridad que trabaja para Callejeros fue la que puso el alambre en la puerta”, señaló ayer, además de insistir que la banda fue la que contrató la seguridad y argumentó que las acusaciones de Argañaraz y Santos Fontanet eran parte de la estrategia defensista.
Ayer, el coordinador del control de Callejeros, Lolo Bussi, fue detenido. Unas horas después, el inmenso relacionista de Chabán pasó a ser el cuarto masculino preso por la trágica saga de Cromañón.