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Los manifestantes, apenas un puñado, se acercaron al centro de cuidados intensivos de Pinellas Park, en el oeste de Florida, para expresar su rechazo a la decisión de desconectar a Terri Schiavo de la sonda que le pasaba alimentos. Un niño de 10 años, dos adolescentes y seis adultos fueron detenidos y algunos de ellos esposados, por intentar llevarle agua a la mujer de 41 años que está en estado vegetativo. Y otro hombre también fue preso por asaltar una armería, con la intención de ingresar a la fuerza al hospital donde agoniza la mujer. Allí, el padre de Terri, Bob Schindler, aseguró que su hija “se está debilitando, está en sus últimas horas, algo tiene que hacerse y tiene que hacerse rápido”.
Los padres sufrieron ayer una nueva derrota judicial, dado que el juez federal de Florida James Whittemore rechazó un recurso presentado por el gobernador Jeff Bush, para que la enferma pasara a estar bajo la custodia del Estado. Los padres volvieron a acudir ahora, para apelar ese fallo, a la Undécima Corte Federal de Atlanta, aunque los expertos creen que la posibilidad de una resolución favorable es prácticamente nula. Bob Schindler aseguró que los jueces de su país “se encuentran en una cruzada para matar” a su hija. El jueves habían recibido ya una decisión en contra de la Suprema Corte de los EE.UU.