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Ultimamente, los ratones están siendo protagonistas. Y no porque desde la pantalla de cine el simpático Stuart Little anuncie su regreso, sino sobre todo porque en varias provincias argentinas, el “hocicudo rojizo” apareció como el responsable de las mutilaciones a las vacas. Ahora los ratones vuelven a escena con el nuevo caso fatal de hantavirus. El investigador del Conicet Fernando Kravetz advierte que, dado que existen unas 200 enfermedades trasmitidas por roedores, hace falta prevención.
“Actualmente hay tres focos calientes de hanta: uno en la zona de Orán, otro en la región de El Bolsón y el último en la provincia de Buenos Aires, sobre todo en los alrededores de La Plata, que está creciendo en importancia”, dice Kravetz, que dirige el laboratorio de Ecología de Roedores de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires (UBA). En el caso del veterinario fallecido en el hospital Muñiz, aún no hay constancia de que el ratón colilargo sea el responsable.
La especie de colilargo que actuó en el norte es distinta a la del sur. Si se comprobara que este ratón estuvo involucrado en el caso de La Plata correspondería a la tercera especie, que tiene un cuerpo de 9 centímetros y una cola que lo supera ampliamente con sus 16 centímetros. Pesa 25 gramos y tiene la pata de atrás más grande, porque la utiliza para saltar. Adora comer granos y frutos de los arbustos por los que suele trepar.
“Estas enfermedades se ponen de moda cuando se dan las condiciones ecológicas que favorecen el acceso del roedor al hombre”, explica el biólogo. Pero para contagiarse es preciso que en la zona haya una buena población de ratones con una fuerte carga viral. “Tenemos la mala costumbre de en vez de preocuparnos, posocuparnos, o sea que no prevenimos y nos alarmamos después –señala Kravetz–. Hay 200 enfermedades relacionadas con roedores, muchas más comunes que el hantavirus, y es necesario tomar cuidados en general.”
En la zona de La Plata pueden encontrarse una decena de especies de ratones pero no todas tienen la posibilidad de ser reservorio de hantavirus. De todos modos, el investigador recomienda “desmalezar los lugares con yuyos altos, hermetizar los ambientes y no exponerse innecesariamente a sitios de alta cobertura vegetal”. Estos recaudos, añade, “son útiles para reducir al mínimo las condiciones que favorezcan el hábitat de cualquier roedor y así evitar también otras enfermedades”.