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Resultados del estudio del NIH, discriminados por tipo de riesgo:
Cáncer de mama: cada año enfermaron 38 de cada 10.000 mujeres entre las del grupo THR, contra 30 de cada 10.000 en el grupo testigo.
Enfermedad coronaria: de las mujeres que recibían THR, enfermaron 37 de cada 10.000 por año; 30 de cada 10.000 en el grupo testigo.
Accidente cerebrovascular: 29 de cada 10.000 mujeres por año entre las que recibían THR; 21 por 10.000 de las que tomaban placebo.
Fracturas de cadera: el riesgo fue menor para las que recibían THR; se fracturaron 10 por cada 10.000 por año, contra 15 por cada 10.000 .
Cáncer colorrectal: riesgo menor para las que recibían THR; 10 por cada 10.000 al año enfermaron, contra 16 por cada 10.000 en el grupo testigo.
Cáncer de endometrio: sin diferencias entre ambos grupos.
Aumento general del riesgo con THR: 19 eventos patológicos por cada 10.000 personas por año.
Así, por cada 10.000 personas, cada año, el aumento de riesgo atribuible a la THR resultó: siete enfermedades coronarias más de las previstas; ocho accidentes cerebrovasculares más; ocho embolias pulmonares más; ocho cánceres de pecho más. El efecto de disminución de riesgo resultó en: seis cánceres colorrectales menos; cinco fracturas de cadera menos.