La suegra de Marcos, el jefe de la banda de narcos de origen peruano que controla el tráfico en el Bajo Flores, fue procesada por “coacción doblemente agravada por cantidad de personas, por uso de armas y por haber obligado a moradores de la villa a irse de la residencia”.

En la jerga delictiva, el largo delito del que se la acusa a Lucila Enríquez Alarcón, Lily, la mujer detenida en los allanamientos a la villa 1.11.14 del 13 de mayo, es ligarse “todo el Código encima”, en referencia al Código Penal. Lo cierto es que ésa fue la imputación por la que el juez en lo criminal Horacio Azzolín la procesó anteayer por pedido de la fiscal Mónica Cuñarro.

La causa se inició con la denuncia de una pareja residente en la villa que asegura haber sufrido la furia de “La Negra”, como también le dicen a la mujer. Lo cierto es que la mujer de la pareja habría recibido un fierrazo en la cabeza de parte de algunos de los guardaespaldas del grupo. La discusión comenzó en un bar de la villa conocido como El Cuervo. Allí, Lily le habría recriminado haber sabido de antemano que los sicarios de los enemigos atacarían la procesión del Cristo de los Milagros, al que ella es devota, un hecho en el que fueron muertos inocentes al tratar de eliminar a su yerno, Marcos Estrada González.