El aumento de las tasas de interés, la reducción de los plazos de repago, la escasez de líneas de financiamiento del exterior y la reducción en la emisión de obligaciones negociables son algunas de las razones que acentuaron el estrangulamiento del crédito al sector privado durante el mes pasado. En un contexto internacional turbulento, la preocupación por conseguir fondos frescos dejó de ser patrimonio de pymes, acostumbradas a toparse con recurrentes barreras en su financiamiento, y se extendió a otros sectores. Los créditos hipotecarios y prendarios disminuyeron en más del 50 por ciento su ritmo de crecimiento y el mercado de capitales también bajó a la mitad la asistencia a las empresas en el primer bimestre del año.

El Instituto Argentino de Mercado de Capitales indica que el financiamiento doméstico canalizado por los mercados de valores fue de 1053 millones de dólares, un 23,0 por ciento menos que en el mismo período del año anterior. La merma estuvo explicada no sólo por la abrupta caída en la emisión de obligaciones negociables, sino también por la baja de casi 34 por ciento en la suscripción de nuevas acciones. El 89 por ciento del total financiado fue destinado a grandes empresas y el resto se lo llevaron las pymes que, aun con ese reparto desigual, registraron la mayor participación desde 2001.

En relación con el financiamiento bancario, según datos del Banco Central, el sector privado incrementó en un 1,2 por ciento el stock de préstamos durante marzo de 2008, la mitad del aumento de enero. Si bien los feriados del mes y el paro del campo incidieron en ese avance más lento de las financiaciones, una buena parte de la baja obedeció a la suba de tasas de los préstamos hipotecarios que los bancos públicos y privados informaron a sus clientes en las últimas semanas y que desalentaron la concertación de nuevas operaciones. En marzo, las hipotecas ascendieron a 187 millones de pesos, unos 150 millones menos que en febrero. En tanto, durante el cuatrimestre previo al estallido de la crisis financiera internacional (julio-octubre de 2007), el volumen de estos préstamos superó en promedio los 460 millones de pesos por mes.

En un mercado restringido, debido a que sólo algunas entidades participan en este segmento, el costo financiero total (intereses más gastos asociados) de un préstamo con tasa variable se ubica alrededor del 17 por ciento anual por plazos de cinco a veinte años. Los pocos créditos ofrecidos a tasa fija, por su parte, se limitan a un horizonte de cinco años con un cargo total no menor a los 20 puntos porcentuales. Además, varios de los diez primeros bancos privados del país cobran desde el 25 por ciento para arriba por un préstamo con garantía real.

El sector inmobiliario mostró en febrero algunos signos de la falta de financiamiento, aunque ello no significó necesariamente una disminución en la cantidad de operaciones. Por el contrario, el Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires informó que en el segundo mes del año se realizaron escrituras por más de 1300 millones de pesos, un 68 por ciento más que en febrero de 2007. Además, la cantidad de compraventas se incrementó más del 25 por ciento con respecto a enero de 2008. En consecuencia, los buenos números de venta de inmuebles y la desaceleración de los préstamos hipotecarios estarían indicando que el acceso a la propiedad es privilegio de los sectores con mejores ingresos, que no dependen de un crédito para incrementar su patrimonio.

Los préstamos prendarios, por su parte, siguieron un comportamiento similar a los hipotecarios y pasaron de ostentar un promedio de unos 240 millones mensuales en el cuatrimestre julio-octubre a registrar un volumen de poco más de 100 millones en febrero último. Sin embargo, en ese mes se vendieron más de 46.000 cero kilómetros, casi un 20 por ciento más que en igual período de 2007.