Un plan a mano
Por Fernando Krakowiak
Un grupo de treinta reconocidos economistas de extracción política diversa darán a conocer esta semana en la Facultad de Ciencias Económicas un programa con medidas concretas para salir de la crisis. Y el viernes se lo presentarán al ministro de Economía, Roberto Lavagna. La propuesta forma parte del Plan Fénix surgido hace dos años en la Universidad de Buenos Aires como alternativa a las recetas liberales que propagandizan numerosas fundaciones privadas, implementadas por los ministros de turno en los últimos 25 años. En el documento, al que tuvo acceso Cash, titulado “Propuestas para el desarrollo con equidad”, se propone reactivar el mercado interno, erradicar la indigencia y favorecer la inversión en el corto plazo a partir de la implementación de un seguro de empleo, el otorgamiento de un subsidio a la niñez y la incentivación de la demanda en sectores que generan empleo masivo. Según las proyecciones incluidas en el estudio, si se llegaran a aplicar las propuestas del Plan Fénix en los próximos cinco años, la economía crecería al 6 por ciento anual, el desempleo caería a un nivel de un dígito y los hogares indigentes disminuirían del 16 al 2 por ciento sólo en el primer año.
Para financiar el programa se apuesta a impulsar un rápido proceso de redistribución de la riqueza a partir de la aplicación de retenciones a las exportaciones, fijación de impuestos especiales a quienes perciben mayores ingresos y derogación de exenciones impositivas a la renta financiera. Además, se remarca la necesidad de reestructurar la deuda externa negociando una quita de capital, rebaja en los intereses y “un período de gracia de varios años” para no caer en sucesivas reestructuraciones y crisis financieras.
A continuación, los detalles del primer proyecto económico elaborado por la universidad pública desde la vuelta de la democracia.
- Reactivación y empleo. La economía argentina está operando un 30 por ciento por debajo de su capacidad potencial de producción y cuenta con un superávit en la balanza comercial cercano a los 15 mil millones de dólares. Por lo tanto, los economistas del Plan Fénix afirman que no hay restricción externa en el corto plazo para crecer. La reactivación se apoyará sobre medidas que apunten a restablecer el crédito y generarles demanda a los sectores productivos con alto contenido de empleo a partir del impulso de proyectos de inversión en vivienda y la realización de obras públicas en municipios. En cinco años se piensa reducir la desocupación a un dígito. Para los desocupados existirá un seguro de empleo y formación que será permanente y servirá para fijarle un piso digno a la remuneración salarial.
- Política fiscal. “La comparación internacional y la historia argentina no aportan evidencias de un gasto excesivo o una elevada presión tributaria, pese a lo que con frecuencia se alega”, señala el documento del Plan Fénix. La afirmación sirve para justificar la necesidad de instrumentar en el corto plazo impuestos transitorios sobre las personas que perciben altos ingresos, derogar las exenciones impositivas a la renta financiera, aplicar retenciones a las exportaciones tomando en cuenta los precios internacionales y el tipo de cambio y reducir los altos niveles de evasión y elusión. También se promete una reducción del IVA sobre los productos básicos de la canasta familiar. En el mediano y largo plazo, se apuesta a implementar una reforma tributaria que eleve la presión impositiva sobre los sectores de altos ingresos y establezca una reducción general del IVA.
- Moneda y finanzas. En el documento se destaca que se preservará el valor adquisitivo del peso, “descartando cualquier alternativa de desnacionalización del signo monetario, propia de enclaves centrados en el negocio financiero”. Las divisas extranjeras se utilizarán exclusivamente para intercambiar mercancías y servicios con otros países. Se descarta cualquier tipo de convertibilidad manteniéndose el dólar en un “valor real alto”. También se implementará el control de cambios y de capitales para garantizar que la emisión con fines productivos y la baja de las tasas de interés no tengan como contrapartida presiones sobre el mercado de cambios y posterior fuga de divisas.
- Crédito. Los miembros del Plan Fénix apuestan a generar las condiciones para la existencia de crédito productivo a tasas compatibles con la rentabilidad esperada. Para ello se favorecerá una política de redescuentos a los bancos para generar liquidez y regular la tasa de interés. Paralelamente, se fomentará la participación de la banca oficial y cooperativa en la oferta de crédito productivo y se propondrá que la banca extranjera se concentre en el financiamiento de actividades vinculadas al sector externo.
- Deuda externa. Se resalta la necesidad de renegociar una reprogramación del pago de intereses y amortización de los créditos con los organismos multilaterales, mientras que con los acreedores privados se propone una “fuerte” quita del capital adeudado y la fijación de una tasa de interés que no supere el 2 por ciento sobre las tasas internacionales de referencia. Una vez cumplido el período de recuperación, no debería destinarse al pago de la deuda más del 15 por ciento del valor de las exportaciones para no poner en riesgo el “crecimiento con equidad”. En el futuro se recomienda priorizar la toma de deuda en el mercado interno. Respecto de la deuda externa privada se aclara que “deberá ser renegociada por el sector privado, sin que el Estado asuma ningún compromiso directo o indirecto”.
- Reforma del Estado. Se propone fortalecer la instancia estatal, para lo cual es necesario profesionalizar la gestión e implantar nuevas tecnologías para prestigiar la carrera del empleado y erradicar la corrupción. El objetivo apunta a recuperar un rol activo en funciones estratégicas de las que el Estado fue desplazado por el capital privado durante la década del ‘90, entre las que se destacan impulsar el desarrollo científico y tecnológico, regular el mercado laboral, participar en la construcción de infraestructura básica e intervenir en el comercio exterior. Además, se resalta la necesidad de mejorar los servicios estatales de salud y educación.
- Seguridad social. En el programa se afirma que la privatización del sistema no demostró capacidad para asegurar una cobertura universal y adecuada para la población. Por lo tanto, “el Estado asumirá su responsabilidad en la materia, sin perjuicio de la existencia de un sistema privado de ahorro voluntario con fines previsionales”.
- Industria. Los economistas del Plan Fénix apuestan a la reindustrialización de la economía luego del impacto devastador provocado durante la década del ‘90 por la apertura del sector externo en un contexto de sobrevaluación cambiaria. Se propone reconstruir un tejido de instituciones capaces de incentivar el trabajo de la industria local, entre las que se destaca el ex Banco Nacional de Desarrollo. También se pone énfasis en la construcción de cadenas integradas de valor que aseguren el carácter autónomo de la producción a partir de la adquisición de insumos locales por parte de las grandes empresas, para lo cual se apuesta a la plena vigencia del “compre nacional”.
- Mercosur. Para los miembros del Plan Fénix, se debe ir más allá de la unión aduanera imperfecta que rige actualmente, pues consideran al Mercosur parte del mercado interno en el que se buscará volcar la producción local, asegurándoles a todos los países miembros una “participación equilibrada en el crecimiento”. Constituye la base a partir de la cual se deberían encarar las negociaciones con los grandes bloques económicos mundiales.
- Servicios públicos. En el documento no se cuestionan las concesiones privadas, pero se propone una renegociación de contratos que suprima cualquier posibilidad de indexar tarifas en base a precios externos y exija asegurar la continuidad de los servicios compatibilizando los intereses de los consumidores y del país con la viabilidad económica y financiera de las empresas privadas. A su vez, se aclara que las tarifas deberán contemplar la situación de los sectores menos favorecidos.
- Energía eléctrica e hidrocarburos. Los economistas de la universidad pública resaltan que el Estado debe asumir el planeamiento estratégico del sector eléctrico y de hidrocarburos, con participación del sector privado, pero asegurándose la renta petrolera y la ventaja competitiva que otorga la energía barata. Por lo tanto, y a diferencia de lo que sucede actualmente, se propone fijar los precios de los hidrocarburos, en todas sus etapas, en función de los costos internos de la economía. Se aclara también que se procederá a la revisión de las condiciones de privatización, revirtiendo los casos de constatada ilegalidad.