POLEMICA
PLAN DE PRIVATIZACION DE LA BANCA PUBLICA
“Ellos o nosotros”
Por Alejandro Mosquera
Diputado provincial.
En estos días en que lentamente se está recuperando la confianza en la banca y, paulatinamente, los ahorros de la gente vuelven a los bancos, son las entidades estatales las elegidas. Por eso las presiones y lobbies del FMI y la banca privada para acorralar, debilitar y liquidar a la banca pública. Pero, ¿de qué se está hablando cuando, desde el Gobierno, se habla de privatización de los bancos Nación, Provincia y Ciudad? Se está discutiendo, en realidad, el rol del Estado; se está discutiendo si los argentinos vamos a contar o no con los instrumentos necesarios para decidir y actuar sobre nuestro propio destino.
El FMI, corresponsable de las políticas que han llevado a la peor crisis argentina, quiere que perdamos la posibilidad mínima que nos ha quedado de orientar el crédito, es decir de conservar la autonomía nacional profundamente lesionada por la dirigencia política que adhirió a las concepciones del retiro del Estado a favor del mercado salvaje.
El camino que proponen los halcones privatizadores del Banco Provincia es:
1. Privatización parcial y cotización en Bolsa.
2. Acotar la recuperación de depósitos en la banca pública y derivación a bancos privados.
3. Cierre de sucursales y despido de miles de trabajadores.
4. Desaparición de la Caja de Jubilaciones del Banco Provincia.
5. Venta de las empresas que dan ganancias del Grupo Bapro.
El paso final es la privatización total, si fuera necesario.
Insólitamente, desde el gobierno nacional se ha defendido su tesis de privatización parcial en la necesidad de dar transparencia a la banca pública. No hay ningún elemento que pueda sostener tal aseveración. Sí, en cambio, la banca privada extranjera en nuestro país ha sido un verdadero engaño respecto de los ahorristas y si algo no ha tenido es transparencia.
Su eje propagandístico para atraer depositantes fue, en todos los casos, la solvencia y antigüedad de sus casas matrices.
Sin embargo, fueron esas mismas casas las que se desligaron de toda responsabilidad ante el incumplimiento de millares de contratos de depósitos en dólares. Y dañaron así la credibilidad del sistema financiero.
A esto debe agregarse que algunos bancos privados están sospechados de haber participado en maniobras de lavado de dinero.