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Por Carlos Degrossi *

Buenos Aires, 26 de diciembre de 2002
Señor Presidente de la
Corte Suprema de Justicia de la Nación
Dr. Julio Salvador Nazareno
S/D

Tengo el agrado de dirigirme al Sr. Presidente en relación con la trascendente cuestión, a consideración de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, relativa a la llamada redolarización de los plazos fijos pesificados en el sistema bancario.
Se trata de una decisión cuya trascendencia excede la naturaleza legal de la cuestión para influir en el conjunto de la situación económica y social del país y en sus relaciones con el resto del mundo. Gravita, asimismo, en la distribución de los costos de la grave situación que enfrenta nuestro país y, por lo tanto, en los fundamentos mismos del principio de equidad.
Con toda seguridad, el elevado juicio de esa Corte toma en cuenta el conjunto de circunstancias que influyen en las decisiones que adopta, como corresponde en un sistema institucional fundado en la división de poderes, atendiendo siempre a la consolidación de la seguridad jurídica que sólo es sostenible cuando se funda en condiciones económicas que viabilizan el régimen de contratos.
Toda economía organizada funciona sobre un signo monetario propio que cumple tres funciones esenciales: unidad de valor, medio de cambio y reserva de valor y es a la vez un elemento constitutivo de la soberanía nacional. La experiencia internacional y la de nuestro país, revela las consecuencias de no respetar estos criterios básicos.
No es posible, en efecto, reparar a ningún sector, que comprensiblemente se sienta agraviado, reinstalando normas que fueron determinantes de la crisis y que, por lo tanto, agravarían la situación de desempleo, pobreza y exclusión que aflige a millones de personas. La reparación del ahorrista, el trabajador, el empresario, el jubilado y de todos quienes, de una manera u otra, son afectados por la situación existente, sólo es factible a partir de reglas del juego que movilicen el potencial de recursos disponibles, repartan el ingreso con equidad y afirmen la capacidad de la Argentina de decidir su propio destino en un mundo global.
Por tal motivo, me complazco en informarle la disponibilidad de estudios y capacidad analítica en esta facultad, sobre el sistema monetario argentino y la necesidad de que el mismo opere sobre la base de la moneda nacional, que pueden contribuir a ampliar los elementos de juicio de ese alto Tribunal.
Considero una responsabilidad de la Universidad poner a disposición de los poderes del Estado el acervo de conocimientos de que dispone para servir mejor a los supremos intereses de la Nación y de sus habitantes. Este es el sentido de este ofrecimiento de cooperación con la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Salúdole con toda consideración.

* Decano de la Facultad de Ciencias Económicas - UBA.