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Por Susana Diaz

Las exportaciones del sector agroindustrial podrían incrementarse en un 70 por ciento en la próxima década, según cálculos de la Fundación Producir Conservando. De acuerdo a un estudio de la entidad podría pasarse de los 10.000 millones de dólares que anualmente genera la comercialización de productos de origen agropecuario a unos 17.000 millones.
En granos, el crecimiento se tornaría palpable tanto en producción como en área sembrada. Los técnicos de la fundación prevén una incorporación de áreas cultivadas de 5 a 6 millones de hectáreas y conjeturan con la posibilidad de llegar, en el inicio de la próxima década, a una producción cercana a los 100 millones de toneladas. Para conformar su análisis consideraron el comportamiento de una canasta de los principales cultivos del país que incluye alpiste, arroz, avena, mijo, centeno, girasol, lino, maíz, maní, soja, trigo, sorgo granífero y cebada cervecera y forrajera. Las 69,6 millones de toneladas de granos obtenidas en la cosecha 2001/02 experimentarían, según el estudio, un crecimiento del 22 por ciento, de acuerdo con el cual se arribaría a una producción granaria de 84,7 millones de toneladas en los próximos cinco años y a un volumen de 96,3 millones de toneladas al llegar a los diez años.
En cuanto a la actividad ganadera los especialistas vislumbran una producción potencial de 3,5 millones de toneladas de carne, “aumentando fuertemente las exportaciones para evitar la caída del precio del producto que desaliente el crecimiento”. Es decir, suponiendo que la expansión de la oferta no baje los precios.
En cuanto a la producción avícola, Producir Conservando consideró que la tasa de crecimiento promedio anual del 3,3 por ciento registrada entre 1995 y 2001 podría mantenerse e incluso aumentar. Aquí, una vez más, las expectativas están puestas en las exportaciones.
Aunque los aumentos de la producción son siempre una buena noticia para el conjunto de la economía, del estudio surge una de las principales limitaciones estructurales que atraviesa hoy la Argentina. En todos los casos, las perspectivas de aumento de la producción están vinculadas al aumento de las exportaciones y no del consumo interno. El caso de la producción avícola es quizá el que más dice sobre el modelo social imperante. Mientras se estima un aumento importante de la producción, se descuenta una caída de la demanda interna del orden del 18 por ciento.