AGRO › NUEVA COSECHA RECORD DE FRUTAS FINAS
La frutilla del postre
Por Susana Díaz
Cosecha record” comenzó a ser una expresión común en el campo argentino. Pero el agro no son sólo cereales y oleaginosas. Para 2004 se espera una nueva cosecha record de frutas finas. Si bien el grueso de la producción se consume internamente, en el quinquenio 1998-2003 las ventas al exterior se triplicaron. En el último año se exportaron en fresco más de 10 millones de dólares. El dato confirma que todavía existen muchas alternativas de agricultura no tradicional con un amplio margen de desarrollo.
Una parte importante de esta producción proviene de los valles cordilleranos, desde el norte de la provincia de Neuquén (Valle del Agrio) hasta Santa Cruz (Los Antiguos), donde se cultivan principalmente frambuesas, cerezas, guindas y grosellas, pero también arándanos y frutillas. No obstante, en superficie sembrada, el mayor desarrollo de arándanos, que explican el 70 por ciento de las exportaciones, se registra en Entre Ríos, mientras que la frutilla, con destino principal en el mercado interno, se cultiva también en Santa Fe, Tucumán y Buenos Aires.
En todos los casos son producciones altamente intensivas en capital y mano de obra que posibilitan una buena rentabilidad en pequeñas superficies. Precisamente por esta razón se trata de una actividad con un amplio potencial de desarrollo para las economías locales y que favorece el asentamiento poblacional, especialmente fuera de las zonas pampeanas. Un dato adicional es que existe una amplia demanda insatisfecha en el mercado internacional, donde adquiere relevancia la contraestacionalidad de la oferta argentina en relación con los principales destinos: Europa y Estados Unidos, regiones donde los precios multiplican a los locales. También existe una potencialidad no desarrollada en el mercado interno, donde la devaluación produjo una inmediata sustitución de importaciones para el consumo en fresco, aunque continúa el ingreso de congelados. En 2003 se compraron 340 toneladas de frambuesas a Chile y 400 de frutillas a China.
Al igual que todavía ocurre con las exportaciones agrarias pampeanas, los valles cordilleranos –según detalla un reciente informe de la Secretaría de Agricultura que lleva la firma de Alfredo Bruzone– poseen condiciones agroecológicas especiales que garantizan la excelente calidad de la producción local. Entre ellas se destacan la baja humedad relativa durante el período estival (favorece la sanidad), una marcada amplitud térmica diaria (favorece la maduración lenta), suelos ricos y aguas de excelente calidad y equilibrio mineral. Además se trata de zonas libres de la mosca de los frutos y sólo se utilizan agroquímicos aprobados para la producción orgánica, factores ambos que favorecen el ingreso a los mercados internacionales.