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“Mi impresión es que se viene un año muy duro. Lamentablemente no se aprecia que haya más trabajo, y los que se consiguen son muy precarios, informales. Por ahora, el actual modelo económico no rompió con la lógica de que unos pocos se quedan con la mayor parte del crecimiento. Se plantea entonces un cuello de botella, que es el problema de la redistribución de la riqueza. Precisamente, la clave es que la Argentina se transforme en un país más justo. Hay que ser muy sincero: el tema impositivo debería reverse. Hay que quebrar la costumbre de evadir impuestos a pesar de que se pueda pagar. Es indignante que haya hambre en la Argentina, pero también lo es el hecho de que aquellos que pueden comprometerse no lo hagan. Hay que ser muy firmes en el control de la evasión de los grandes contribuyentes. También es grave que se pierda la cultura del trabajo; es un quiebre en nuestra sociedad. Es por ese motivo que el Gobierno debería incentivar no sólo la oferta de empleo sino también la mejora en los niveles de educación y de la salud”.