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“Se cumplen 26 años del comienzo de una etapa de la historia argentina, que en materia económica tuvo como una de sus características centrales, junto al proceso de desindustrialización, la caída de la participación del salario en el ingreso nacional y la desarticulación de la legislación laboral. La experiencia histórica dejó en claro que el deterioro salarial no ha sido un factor de crecimiento ni de competitividad. Por el contrario, una sociedad que pierde capacidad de consumo induce mayor estancamiento económico. Algunas de las propuestas ortodoxas que surgen actualmente para enfrentar la crisis y la propia estrategia del equipo económico implican la agudización del deterioro salarial. Actualmente pareciera prevalecer una estrategia que en el tiempo se demostrará fallida. Se postula que, más allá de la caída salarial que implica la inflación, la masa salarial total se recuperará como consecuencia del incremento del empleo. Sin embargo, la maxidevaluación producida, que implica una fuerte caída de ingresos de los trabajadores y se traduce en menor nivel de demanda, mostrará efectos depresivos sobre el nivel de actividad y de empleo de la economía.
El salario real debió resguardarse, por ejemplo, con medidas tales como una reforma impositiva, una política de retenciones simultánea a la devaluación, baja inmediata de aranceles a productos de primera necesidad, ruptura de los mercados oligopólicos y un ingreso para todos los jefes de familia. La improvisación en la estrategia en las negociaciones con los organismos internacionales, la política cambiaria, monetaria y fiscal no se compensan con sobreactuaciones posteriores de ortodoxia. Aún más graves son las visiones que creen que se puede apostar a un tipo de cambio, intencionalmente, mucho más alto y elevada inflación, con el objetivo de reducir el costo laboral y el gasto público en términos reales. Por esta vía, se generará mayor caída del PBI e incrementos del desempleo y la pobreza a niveles incompatibles con una organización social que tienda a recobrar mayores niveles de armonía en su convivencia”.