VICTOR DE GENNARO TITULAR DE CTA
“Vamos a la hecatombe”
¿Cuál es la posición de CTA con respecto a la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores?
–En la década del ‘80 perdimos salarios por inflación; en la del ‘90, por desocupación y ahora por desocupación e inflación juntas. Vamos a la hecatombe del salario. Para colmo, hasta la inflación es distinta para los ricos que para los pobres. Como los que menos tienen gastan su salario mayoritariamente en alimentos, que son los bienes que más subieron, les duele más. En febrero, la inflación fue del 3,1 por ciento. Pero para el 20 por ciento más pobre fue del 4,8 por ciento y para el 20 por ciento más rico fue del 2,1. Con una inflación del 50 por ciento, a fin de año los más ricos van a tener un alza de precios del 28,3 y los más pobres del 75 por ciento.
¿Qué expectativas tienen?
–Hasta ahora todas las medidas del Gobierno son para ayudar a los grandes grupos empresarios. Hasta cuando hablan de que van a mejorar las exportaciones no se refieren a los trabajadores. Sólo 80 empresas concentran el 70 por ciento de las exportaciones. Y como exportamos productos sin mayor valor agregado, no impulsan una reactivación: el resultado de estas operaciones no llega a la gente. Por lo tanto, hasta ahora los trabajadores no están incluidos en la política económica, sólo en las políticas compensatorias, que no resuelven el problema.
¿Cuál es su propuesta?
–Sólo poniendo un piso de salario social que reactive la economía podemos recuperar salario. El seguro de empleo y formación, el salario universal por hijo y la asignación para los mayores conformarían un salario social mínimo. Así se reactivaría el mercado interno y se pondría un piso a partir del cual partirían el resto de las remuneraciones. Los salarios no pueden quedar en manos del mercado. El mercado no existe en abstracto; es concreto y se llama Pérez Companc, Bridas, Bunge y Born, Citibank; tiene nombres y apellidos. Y si no gobernamos los argentinos, gobiernan ellos. Hay que discutir la distribución de la riqueza. Hay una sola salida, que es reactivar el mercado interno.