La especulación inmobiliaria ha generado un fuerte impacto en el mercado de alquileres. Durante los primeros siete meses del año aumentaron 8,4 por ciento, mientras que durante el 2004 sólo habían subido 2,4 por ciento. El Indec releva la evolución de los contratos vigentes y de las renovaciones, pero si se contabilizan sólo estas últimas el incremento promedia entre 40 y 50 por ciento. Los precios para alquilar un departamento de 3 ambientes varían entre 600 y 1200 pesos, según la zona. La suba está impactando escalonadamente en casi 300 mil familias que alquilan en la Ciudad de Buenos Aires. Radames Marini, presidente de la Unión Argentina de Inquilinos, afirmó a Cash que “unidades disponibles sobran, pero hay problemas de oferta porque los propietarios tienen una determinada expectativa de renta y como la demanda no la convalida prefieren retirar el inmueble del mercado en una actitud claramente especulativa”. Marini agrega que las subas comenzaron en la Recoleta y se están expandiendo al resto de los barrios. A su vez, los propietarios están introduciendo cláusulas en los contratos que permiten rediscutir los precios cada seis meses con la posibilidad de rescindirlo si no se llega a un acuerdo, violando la ley de alquileres 23.091 que fija un plazo mínimo de dos años para los contratos de alquiler. Debido a esta situación muchos inquilinos han comenzado a desplazarse a zonas más periféricas y/o a departamentos más chicos. Marini afirma que “frente a esta situación especulativa el gobierno debería por lo menos hacerle una advertencia al mercado como lo hizo frente al aumento de las carnes y los lácteos, pero el problema de los inquilinos parece no estar en la agenda”.