El caso de la cadena Ribeiro ilustra la utilidad de los fideicomisos para emprendimientos pequeños y medianos. Ribeiro se dedica a la comercialización de artículos para el hogar, básicamente en el interior del país. Tiene 32 sucursales, dos de ellas en Brasil, con ventas anuales por 350 millones de pesos. Comparte el tercer lugar en el ranking de este tipo de cadenas junto a la Red Megatone, y marcha detrás de Frávega y Garbarino.

Para Ribeiro, los fideicomisos fueron clave para expandirse: especializada en atender a los sectores de ingresos medios y medio-bajos, el 55 por ciento de sus ventas son financiadas. Con filiales en Catamarca, San Luis, Jujuy, La Rioja y Formosa, entre otros distritos, incluyendo las tres de Capital, en algunas de ellas se vende en cuotas 9 de cada 10 pesos vendidos. Los fideicomisos les permiten fondearse a un costo accesible: 12 por ciento anual más los gastos, que suman 350 mil pesos por emisión. Los préstamos son al 36 por ciento anual, comentó a Cash Alejandro Schaeffer, gerente de la compañía.

“Por nuestra facturación y el hecho de que nuestros clientes se financian a sola firma, sin tarjetas de crédito ni propia, los bancos no nos prestarían más que 5 a 7 millones de pesos anuales. Con los fideicomisos conseguimos 140 millones de pesos durante 2005. Y este año ya obtuvimos 70 millones más”, añadió Schaeffer. Ribeiro lanzará su próximo fideicomiso a fin de mes: será por alrededor de 30 millones de pesos.