“El aumento del impuesto inmobiliario no es sólo al campo, pero al ser un sector que ha estado muy en el tapete en los últimos tiempos, se habla más que nada de ellos. Este impuesto va a afectar también a los inmuebles urbanos. Fuera de toda visión política, es evidente que, si bien las valuaciones fiscales están muy atrasadas, el aumento del impuesto le quita rentabilidad al campo. No sé si se está solucionando una injusticia, porque a veces se solucionan inequidades con el aumento de un impuesto para un sector, pero ahora en la provincia hay un criterio de caja que impulsa el gobernador a implementar este incremento. Hay ajustes que no tienen nada que ver con la caja sino con colocar las cosas en su lugar. En cambio, en este caso lo que hace dudar es la circunstancia que coincide con fuertes problemas en las finanzas públicas. No importa cómo es el tema en otros países. Depende de la cultura tributaria de cada país. No hay una política generalizada en el mundo. De hecho, pocos países tienen retenciones agropecuarias. Y éste es un tema no menor porque las cargas impositivas sobre un individuo o empresa deben evaluarse en su totalidad. Existe el impuesto a las Ganancias, a los Bienes Personales, impuestos provinciales y municipales. Quizá, si la provincia recibiera lo que le corresponde de las retenciones, no subiría el impuesto inmobiliario.”

* Ex director general de la DGI