Ahora, ya se sabe, todos hacen tango. Pero además están, claro, los que hacen tango desde siempre y son capaces de mirar con nuevas miradas. El cantante José Angel Trelles, aquel al que Piazzolla había elegido hace tres décadas, está entre ellos y acaba de hacer un disco ejemplar y sin alardes, donde todo, desde la elección de las canciones hasta los arreglos, es meticulosamente cuidado. La edición corresponde a RP Music, una sigla que se refiere a Radoszynski Producciones y que remite a una de las figuras de más prestigio en el medio, Alfredo Radoszynski, que, con el apoyo del Fondo Cultural de la Secretaría de Cultura del gobierno de Buenos Aires, produjo El cantor de Buenos Aires. La versión de la milonga “Jacinto Chiclana”, de Piazzolla y Borges, bien puede resumir el espíritu del disco. Lejos de las impostaciones con las que se la suele interpretar (y de ese tono que parece querer indicar, sin descanso, que se trata de la obra de dos próceres), Trelles, simplemente, la canta: es una milonga, al fin y al cabo, sobre algo que no se sabe, sobre una conjetura, apenas sobre un nombre. Se destacan también dos valses, “Chau amor”, de Eladia Blázquez, y “Pequeña”, de Osmar Maderna y Homero Expósito; “Nuestro balance”, de Chico Novarro; “Tú”, de Dames y Contursi; “Patio mío”, de Troilo y Cátulo Castillo, y “Tal vez será su voz”, de Demare y Manzi. En todos los casos, la manera de interpretar de Trelles se hace protagonista, paradójicamente, al hacer protagonistas a las canciones.