Síndrome de Eureka: Obra colectiva y con cinco clowns en escena, Martínez Bel la define como “un viaje”, pero sin saber bien dónde van. “Simplemente van. Y en ese viaje son encuentros, unos divertidos, otros dramáticos, otros de amor, otros de joda total. Es plantear un imaginario: son unas vacaciones, pero más soñadas que reales. Es juego libre”. Si bien las distintas escenas no tienen una continuidad que conforme una historia unitaria, “sí tienen el marco del viaje absurdo”. “Son como recuerdos de un viaje. ¡Hacer toda la cronología sería aburrido!”, afirma. (Sábados a las 20 en El Popular, Chile 2076.)

Criatura de Dios: Más oscuro que los típicos clowns y con la dirección de Guillermo Angelelli, el descubrimiento del mundo de esta “criatura clown” es un renacer en el mundo, donde cada cosa es una novedad que sorprende a este ser en su inocencia. “La historia es sobre una especie de Frankenstein o Adán, que nace en un laboratorio y empieza a descubrir, primero a él mismo, después lo que lo rodea y finalmente al público. En eso está la historia del personaje, que no sabe nada y tiene todo por descubrir”, explica Levin. (Sábados a las 20.30 en El Portón de Sánchez, Sánchez de Bustamante 1034.)

Seis: Pensada originalmente para espacios abiertos (por eso los primeros ensayos fueron en la Facultad de Agronomía), a pesar de haber cambiado la puesta en escena, algo de lo paisajístico quedó: “Nos ubicó en el espacio que queríamos plantear: hay hojas, hay un árbol... Agronomía está minirrepresentado en el espacio de Seis”, se entusiasma Martí, y asegura que la obra que lleva adelante con Marina Barbera “también es un recorrido”. “Habla de la transformación, de cómo uno se va transformando, que a veces hace el mismo recorrido por el mismo lugar, pero de otra manera a medida que avanza.” (Sábados a las 22.30 en NoAvestruz, Humboldt 1857.)